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El Dragón Comeletras

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En esta entrada voy a compartir un juego muy sencillo que encanta a los niños de mi clase y que yo disfruto mucho también jugando con ellos. Seguro que muchos de vosotros ya lo hacéis en vuestras clases aunque no lo llaméis así. Para los que no lo conozcais, ¡os lo recomiendo!.

Como su nombre indica, el Dragón Comeletras lo que hace es comer letras. Cuando va creciendo, como necesita más alimento, también come palabras y sílabas. Cuando en 3 años mis alumnos conocen algunas letras (vocales y alguna consonante de sus nombres) las escribimos en la pizarra pequeñita que tenemos en la asamblea. Como mucho escribimos (entre los niños y yo según su competencia en la tarea) a la vez 5 ó 6 y en mayúsculas. Y cuando ya las tenemos...¡por la esquina de la pizarra aparece el dragón con la boca abierta y sus colmillos o incluso echando fuego!. Los niños se tapan los ojos, el dragón avanza con pisadas fuertes (que hacemos nosotros) y cuando se asegura de que nadie le ve...¡ñam, ñam! se come una letra (y nosotros la borramos de la pizarra). Cuando los niños oyen el sonido del dragón masticando ya pueden abrir los ojos. El juego consiste en adivinar qué letra se ha comido el dragón. Luego la volvemos a escribir y volvemos a taparnos los ojos porque el dragón va a volver.


















Es sencillísimo pero no os podéis imaginar lo que les gusta cerrar los ojos, oír las pisadas de dragón y luego adivinar la letra. Yo suelo cambiar de actividad cuando hemos jugado 5 ó 6 veces para que se queden con ganas de más pero ellos podrían seguir y seguir porque les encanta.

Cuando en 3 años ya reconocen alguna palabra de forma global o pueden saber qué pone por la letra que empieza o las que contiene, el dragón de vez en cuando come palabras en mayúsculas. Escribo 3 palabras que hayamos trabajado (como por ejemplo casa, mamá y oso) y jugamos del mismo modo. Cuando jugamos con palabras, mientras las escribimos es importante hablar de sus características: las letras que tienen, si aparece la "O" o no (suele ser un rasgo distintivo importante en 3 años), etc. Y luego hacer un pequeño análisis de cómo podemos saber la que se ha comido. 


Para mi es fundamental en la enseñanza y aprendizaje de la lectoescritura enseñar "trucos" para saber qué puede poner aún sin saber leer. Creo que es muy motivador, les enseñana a pensar sobre las palabras y el lenguaje, conduce a una lectura más comprensiva y además contribuye a que menos alumnos se queden atrás en el proceso. Cuando bastantes niños son capaces de leer, a los que aún no saben les motiva mucho poder decir qué pone gracias a alguna estrategia de reconocimiento que han aprendido porque sienten que saben más de lo que pensaban.

Cuando empezamos a conocer el abecedario en minúsculas añadimos al juego este tipo de letras (en ocasiones jugamos sólo con vocales en mayúsculas para que todos los alumnos participen aunque vayan algo más retrasados) y posteriormente palabras en minúsculas cuando van aprendiendo a leerlas. 


En 5 años, una vez que hemos avanzado un poco con el trabajo más sistemático de la lectoescritura a través de los libros que usamos en mi cole, empleamos en el juego también las sílabas en minúsculas. Y por supuesto siempre repasamos lo anterior (letras en mayúsculas, palabras en mayúsculas y palabras sencillas en minúsculas).

Además de trabajar aspectos relacionados con la identificación de letras y palabras y la lectura es un juego maravilloso para mejorar la atención y la concentración de los alumnos. Para los que no lo conociais, espero que os haya gustado y os funcione tan bien como a mí.

Oportunidades para aprender matemáticas a lo largo de una jornada en el segundo ciclo de Educación Infantil

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En esta entrada simplemente quiero compartir un trabajo que para mi es muy especial. Hace ya más de un año me invitaron a la Universidad Autónoma de Madrid a contar a las alumnas del grado de Educación Infantil cómo trabajo yo las matemáticas en mi aula (hablé de ello en la entrada Aprendizaje incidental y aprendizaje programado de las matemáticas en el aula). Fue una experiencia tan tan positiva para todos que Carlos me animó a escribir con un poquito más de "forma" todo lo que hablamos y publicarlo para que más maestras pudieran acceder a ello. Y surgió un artículo que para mi es precioso porque, dejando a un lado lo que aporte matemáticamente, refleja bastante bien la complejidad de nuestro trabajo. Tengo amigos que aún no saben muy bien qué estudiamos y qué hacemos después las maestras de Educación Infantil. Entre otras miles de cosas, convertimos la vida cotidiana del aula, los juegos, las rutinas,... en experiencias de aprendizaje; observamos a los niños en ellas y desde ahí diseñamos actividades más específicas para incidir en objetivos concretos. Y todo ello a veces incluso lidiando con las exigencias del centro, encaminadas a usar más y más libros y a reproducir esquemas de aprendizaje bastante anticuados.

http://www.sinewton.org/numeros/numeros/89/Experaula.pdf

De ese tipo de enseñanza-aprendizaje, por un lado aprovechando la cotidianeidad de nuestra clase y por otro planificado especificamente, habla el artículo Oportunidades para aprender matemáticas a lo largo de una jornada en el segundo ciclo de Educación Infantil. Fué publicado por la revista Números dentro de la sección Experiencias de Aula en el volúmen 89 de Julio 2015.  Podéis leerlo pinchando en el título o en las imagenes.

http://www.sinewton.org/numeros/numeros/89/Experaula.pdf

El artículo comienza contando cómo veo yo la situación de la enseñanza de las matemáticas en la Educación Infantil. Después habla de cómo debe ser ésta de acuerdo con un documento de la National Association for the Education of Young Children (Asociación Nacional para la Educación Infantil, NAEYC) y el National Council of Teachers of Mathematics (Consejo Nacional de Profesores de Matemáticas, NCTM) llamado Matemáticas en la Educación Infantil: Facilitando un buen inicio. declaración conjunta de posición. Es un texto muy sencillo y práctico que podéis leer pinchando en el título.

En el tercer apartado visitamos un aula de Educación Infantil, primero pedagógicamente, es decir, hablando de cómo aprenden los niños del segundo ciclo de esta etapa; y después, físicamente, acercándonos a un clase real. Luego, en el cuarto epígrafe y teniendo en cuenta todo lo anterior, voy repasando una jornada-tipo para analizar lo que nos ofrece cada momento para enseñar matemáticas. Por un lado, aprovechando momentos cotidianos como el desayuno o aquellos en los que las actividades no tienen como objetivo principal uno de tipo matemático; y por otro, desde la planificación específica para que los alumnos adquieran conocimientos de esta disciplina.

http://www.sinewton.org/numeros/numeros/89/Experaula.pdf

Y a modo de conclusión, hago una pequeña reflexiön sobre cómo pueden trabajar las matemáticas dentro del seno familiar conociendo el enfoque que les damos en el aula.

Antes de terminar tengo que agradecer a Olga su tradución al inglés del resúmen del principio. Sin conocerme de nada no te importó ayudarme. En ese momento debiste pensar que estaba loca, jaja. Muchas gracias.

Pues nada, espero que os guste muchísimo. A mi misma me viene bien releerlo para no olvidarme, dentro de lo rápido que pasamos cada momento del día, de pararme a disfrutar algunos instantes y sacarles todo el partido posible.

Trabajando por rincones en Infantil V: programando.

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Las entradas más leídas del blog son las que hacen referencia al trabajo por rincones. También son las que más comentarios tienen con muchas preguntas muy interesantes. Voy a preparar una entrada recopilando preguntas y respuestas que habéis dejado en ellas y en los vídeos de You Tube relacionados con el trabajo por rincones, pero mientras tanto he pensado contaros cómo hago yo la programación semanal. Muchos habéis preguntado sobre las sesiones que dedico al trabajo por rincones, cómo elijo las actividades, cuánto tiempo se mantienen, si son compatibles con métodos editoriales o proyectos, etc. Voy a contaros cómo lo hago yo, que como siempre digo no es la mejor manera ni la única sino la que a mi hasta ahora me funciona.

Como ya he contado en alguna otra entrada yo dedico si puedo una sesión al día al trabajo por rincones a partir de octubre aunque algunas fotos que veréis luego son de un curso en el que sólo lo hacía 4 días a la semana. En septiembre no soy tan constante porque me gusta empezar poco a poco, he tenido que rehacer los carnets porque los que tenían en 3 y 4 años estaban muy viejos, han venido alumnos nuevos a los que quería explicar con calma el funcionamiento, etc. Este curso como tengo la mayoría de especialidades en las sesiones antes del recreo, voy a trabajar por rincones en la sesión que hay después del recreo. Es una sesión de 1 hora que se quedará en 45 minutos. Como es poco tiempo dejaré explicadas las actividades en la asamblea de la mañana de forma que al llegar del recreo sólo haya que recordarlas y comenzar a trabajar. 

Lo primero que tengo delante a la hora de programar son dos hojas como las que véis (y que podéis descargar en formato word pinchando en ellas): una de programación por sesiones y otra de programación por rincones, en función de lo que define las filas. En la plantilla de programación por sesiones véis el hueco dedicado al trabajo por rincones (pone "rincones").

https://drive.google.com/drive/u/0/folders/0B2KNowNDUsorLTFXY21SU3FfNk0

https://drive.google.com/drive/u/0/folders/0B2KNowNDUsorLTFXY21SU3FfNk0

Relleno todos los huecos excepto ese en dicha hoja, en la que como veís están los dias de la semana y todas las sesiones de cada día. (La foto es de otro curso distinto al horario de arriba por lo que las especialidades no coinciden).

En el trabajo por rincones necesitamos porgramar una actividad para cada rincón, algunas cambiarán cada día y otras  se mantendrán toda la semana. Esta programación la hago en la otra plantilla, la de programación por rincones. Aquí podéis ver un ejemplo (los nombres de los rincones han salido cortados pero los podéis ver con la foto de la plantilla vacía).


Ambas plantillas rellenas las dejo colgadas en mi armario para verlas en todo momento. Cuando llega la sesión de trabajo por rincones miro la hoja de programación de los rincones.

Como veís en la programación por sesiones, en la sesión que pone "rincones" anoto lo que vamos a hacer en el rincón de lectoescritura porque por desgracia son las fichas lo que tengo que hacer por obligación y marcan el ritmo del aula y quiero tenerlas presentes junto a toda la programación de la semana para ver todas las que me da tiempo hacer (en fin...).

En cuanto a la selección de actividades para los rincones estará guiada por los objetivos de la unidad didáctica o del proyecto que estemos trabajando, por lo tanto trabajar por rincones es perfectamente compatible con ambas metodologías. Yo lo que hago es elegir con mi compañera de nivel las actividades que vamos a hacer esa semana y luego ubico en los rincones las que son más adecuadas para hacer en ellos. En el rincón de lectoescritura cambio de actividad cada día y en el resto suelo mantenerla toda la semana.

- Como ya os he dicho, en mi cole tenemos muchos libros así que en el rincón de lectoescritura suelo hacer fichas de la unidad diáctica que estamos trabajando, bien del método o bien de letrilandia.
- En el rincón de matemáticas es en el que hago las actividades que soléis ver por el blog. Este año quiero aprender a usar bien las regletas así que de momento se las he dejado en este rincón para que las manipulen libremente. Poco a poco iremos haciendo actividades más complejas con ellas. 


- El rincón de arte me encanta y lo suelo dedicar a actividades creativas y con técnicas chulas que tienen que ver con la unidad didáctica o con la estación del año en la que estemos. Veremos a ver qué podemos hacer este año.



- Al rincón de biblioteca normalmente van a leer cuentos, a jugar con las palabras nuevas y a escribir en la pizarra.



- En el rincón de juego simbólico normalmente está montada siempre la casita y si es posible añado o quito juguetes en función de la unidad didáctica. Por ejemplo, ahora mismo estamos trabajando la prehistoria y con papel continuo he montado una cueva. Cuando trabajamos las profesiones intento ir dejando material de médicos, peluqueros, mecánicos, etc.
- En el rincón de construcciones juegan con materiales que puedan incitar a construir algo relacionado con los contenidos que estemos trabajando. por ejemplo, si estamos trabajando la familia y la casa les dejo las construcciones de madera y las familias de juguete.
- El rincón de ciencias no siempre lo consigo relacionar con la unidad trabajada aunque sí intento que las propuestas vayan encaminadas a conseguir los objetivos del curso. Actividades que me encantan son las de medir con palmos y pies y después pasar al metro o los distintos experimentos con agua. Este curso tampoco he podido de momento poner este rincón por el tamaño del aula.

Para terminar, recordaros que hay otras entradas con mucha más información, por escrito y en vídeo. Podéis acceder a ellas pinchando en su nombre.
- Trabajando por rincones en Infantil (vídeos)
- Trabajando por rincones en Infantil II: organización del espacio.
- Trabajando por rincones en Infantil III: cómo comenzar.
- Trabajando por rincones en Infantil IV: el horario.

Empezando a trabajar con regletas

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Nunca hasta ahora había usado las regletas en el aula y en esta entrada quiero compartir mis comienzos y daros alguna idea si estáis pensando introducirlas a vuestros alumnos. Yo he empezado principalmente porque este curso con el método de Edelvives de 5 años viene un cuadernillo llamado "Pensar con las manos" para realizarlo tras un trabajo manipulativo previo con las regletas. De primeras pensé "qué bien, una oportunidad para aprender y conocer las posibilidades de este material". Y buscando como iniciar el trabajo con regletas llegué a Tocamates, el blog de Jose Ángel Murcia, que si no lo conocéis os lo recomiendo porque es maravilloso, tanto para infantil como para primaria. 


Me gustó mucho su entrada "Regletas Cuisenaire, la primera vez" y comencé a realizar en la asamblea durante 4 ó 5 ratitos todo lo que ahí propone . ¡A los niños les encantó jugar con ellas y me pedían que las sacara los días que hacíamos otras actividades!. Empezamos conociendo las regletas por su color, después comparando sus tamaños, surgió de ellos ordenarlas formando la escalera, buscamos equivalencias entre regletas, jugamos a averiguar cuál se había comido el dragón comeletras (en este caso el dragón comeregletas) y a identificar regletas sólo con el tacto. 


Además de presentarlas en la asamblea, durante dos o tres semanas las he dejado en el rincón de lógica-matemática para que los niños que lo eligiesen pudiesen jugar con ellas libremente o realizar figuras con plantillas dadas por mí. Repetidamente hacían la escalera con las 10 regletas tanto sobre la mesa tumbada como en altura.


Y también aprovecharon para escribir sus nombres y hacer todo tipo de construcciones, curiosamente, simétricas.


Para poder avanzar con el trabajo de las regletas es necesario pasar después a la asociación de las regletas con la cantidad que representan. Yo no sabía cómo hacerlo de forma que saliese de ellos y no que fuese algo que yo les dijese (la roja es el 2, la naranja es el 10, etc.). Le pregunté a Jose Angel y me sugirió que jugásemos a "¿cuántos pasajeros caben en el tren azul?" siendo los pasajeros las regletas blancas y los trenes el resto de regletas. Me pareció genial y nos pusimos manos a la obra viviendo los mejores momentos de lo que llevamos de curso. En algún momento mi cabeza hizo el cambio de tren por autobús y en la alfombra pintamos una estación de autobuses, con su taquilla, su sala de espera llena de pasajeros, los aparcamientos para los autobuses y un aparcamiento exterior para coches (regletas rojas, que me parecían un poco pequeñas para ser autobuses aunque ahora que lo pienso deberían haber sido minibuses y no incorporar otro vehículo más).

Todo comenzó con "¿con cuántos pasajeros creeis que se llenaría el autobús naranja?" (ellos eligieron el autobús que se iba a ir primero de la estación). Y empezaron a hacer estimaciones. "¡En el naranja cabrán 8!" y el niño que conducía el autobús naranja metía 8 pero dejando huecos entre los pasajeros. Alguien le dijo "¡No, júntalos más!". Entonces les pregunté yo: "¿Creeis que caben más?". "Si los juntamos sí", dijeron. "Y si los juntamos, ¿cuántos más creeis que cabrán?". Averiguamos que en total cabían 10 y el autobús se fue de la estación. Así fuimos haciendo estimaciones de la capacidad de otros autobuses lo cual me gustó porque suelo trabajar poco las estimaciones y me parece fundamental para que luego, ante un problema o una operación, no digan resultados al azar que son imposibles. 


La propuesta fue un éxito rotundo. Tanto les gustó que se dedicaron a dibujar la estación de autobuses con las regletas-autobús en la pizarra. 

Cuando llevábamos dos autobuses, surgió la necesidad de ir apuntando lo que ya sabíamos para poder acercarnos más en las estimaciones para los vehículos que nos quedaban. Además, al no hacer la actividad toda seguida sino en 3 ratitos, necesitábamos recordar los autobuses que ya habíamos llenado.

El último día un alumno preguntó si no había autobuses dobles. Cuando acabamos con los de un piso jugamos un ratito a llenar autobuses de 2 pisos lo que, además de divertirles muchísimo, nos sirvió para sumar 3+3, 4+4...

 








Por último, y ya con idea de hacer las actividades del cuadernillo, ordenamos los autobuses. Ellos enseguida propusieron como criterio de orden la escalera empezando por el coche (el de 2 pasajeros, que corresponde a la regleta roja).


En un congreso que fuí una vez dijo un ponente que todo lo que hacemos en el aula no tiene por que ser didácticamente excepcional y maravilloso pero sí tiene que haber cada día un ratito que sea excelente. Esto se me quedó grabadísimo e intento buscar cada día ese ratito educativamente increíble. Durante estos días, esos momenos fueron los que jugamos con las regletas y en concreto con la estación de autobuses. Mil  gracias por tu ayuda, Jose Ángel.

Y luego empezamos a hacer el cuadernillo. Y pasó lo que suele pasar cuando se quiere justificar con fichas un trabajo que ya tiene todo su sentido manipulativamente: empezamos a perder muchísimo tiempo en rellenarlas a través unas consignas complicadísimas de seguir sobre un papel. Y perdimos tiempo que iba a estar dedicado a muchas cosas propias de Educación Infantil y que no tienen que ver con fichas. Así que vamos a seguir trabajando con las regletas intentando divertirnos como hasta ahora aunque en el cuadernillo sólo lleven escrito por mí "hecho manipulativamente". ¡Os contaré por aquí si nos vuelven a surgir momentos tan interesantes!. 

¿Qué cuento has leído? El registro del préstamo de aula

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Soy bastante contraria al uso de cartillas de lectura porque me parece que van ligadas a un enfoque nada funcional de la lectoescritura. Además he comprobado que los niños acaban aprendiendo a leer igual aun haciéndolo de otros textos mucho más motivadores a pesar de que a veces incluyan letras que "aún no se han dado". Por ello en 4 y 5 años organizamos un préstamo de libros en el que cada niño se lleva un cuento el fin de semana. En ambos cursos es fundamental que se lo lean sus familias y disfruten la historia y el momento tan bonito de la lectura pero en 5 años es importante que empiecen a participar progresivamente de ésta, primero buscando palabras en el texto, después leyendo alguna palabra, más tarde frases o diálogos y al final alguna página completa, siempre alternando con papá o mamá para conseguir terminar la historia y dar sentido a lo que leen.

Para sacar más partido al préstamo y que tengan que recordar y releer el título al devolver el cuento al aula, hacemos un registro. Cada alumno busca en un cuaderno el título del libro que ha leido y anota su nombre en una lista debajo. Después pega una pegatina según si le ha gustado mucho (pegatina verde), poco (amarilla) o nada (roja).  

El cuaderno con los libros lo elaboro yo cada año. En 4 años las páginas se componen de las portadas escaneadas de los cuentos del lote de préstamo y el título en mayúsculas y minúsculas y debajo 20 casillas (tantas como alumnos) para poner los nombres de los niños que vayan leyendo ese cuento.

https://drive.google.com/folderview?id=0B2KNowNDUsorSTNVcjVVNDFqcUE&usp=sharing

https://drive.google.com/folderview?id=0B2KNowNDUsorSTNVcjVVNDFqcUE&usp=sharing

En 5 años cada página tiene nada más el título en mayúsculas y minúsculas y las casillas para los nombres.

https://drive.google.com/folderview?id=0B2KNowNDUsorSTNVcjVVNDFqcUE&usp=sharing

https://drive.google.com/folderview?id=0B2KNowNDUsorSTNVcjVVNDFqcUE&usp=sharing

Podéis descargar plantillas y portadas pinchando aquí o en las imágenes anteriores.

La primera semana todos los niños ponen su nombre en la casilla 1, después en la 2, etc. de tal forma que a medida que avanza el curso les encanta ver quienes ya se han leido el libro que a ellos le ha tocado y si ha gustado o no a otros compañeros.

En 4 años sobre todo se guían por la portada y sólo hacia final de curso analizan con un poco más de detalle el título. Pero en 5 años, al no haber foto, tienen que leer el título y resulta una actividad que les ayuda muchísimo a avanzar en la lectura con sentido. Me parece importante que en el proceso de transformar en fonemas lo que ven escrito busquen trucos para saber qué pone aunque no puedan traducir toda grafía a su sonido correspondiente porque en ese momento no lo recuerden por no ser tan familiar (por no haberlo dado en Letrilandia, vamos). El conjunto de títulos es algo conocido porque cada semana los voy diciendo al repartirlos por lo que tienen ya una pista de lo que puede poner. Yo luego les insisto en que si han leído Elárbolpresumido no hace falta que lean todos los títulos completos hasta llegar a ese (que sería costosísimo al principio de 5 años) sino que sólo necesitan detenerse en los que empiecen por "El". Después les pregunto "¿y para que ponga árbol que letra debe venir después?" y ya sabemos que si después de "el" no hay una "a" tampoco será el cuento buscado. Así les facilitamos mucho el proceso, no pierden la motivación y van buscando estrategias para encontrar información escrita en textos.

Además, como hay varios títulos del mismo personaje (por ejemplo La vaca Sara, La vaca Sara campesina o La vaca Sara y la tormenta de nieve) sí deben prestar atención cuando encuentren el de su personaje y continuar leyendo (o contando el número de palabras, fijándose en las letras que contienen, etc.) para ver si es el que buscan.

Para los alumnos que es muy complicado encontrar el cuento, sobre todo a principio de curso de 5 años, se lo escribo yo en una cuartilla y ellos deben buscar el título que es igual. Poco a poco se van después desprendiendo de este apoyo.

Otra cosa que a mi me encanta de la elaboración del registro es que se ayudan mucho unos niños a otros. El que es más capaz de leer (ayudante) le va leyendo despacio al niño ayudado los títulos incluso dándole explicaciones de por qué puede o no puede ser el suyo. Esto es fundamental en el proceso porque se entienden mucho mejor "de niño a niño".

Respecto a la colocación de pegatinas en función de si les ha gustado mucho, poco o nada el cuento, a mi me parece muy interesante el darles la oportunidad de valorarlos de forma individual y un poco más "privada". Cuando les preguntamos en la asamblea "¿te ha gustado el cuento que te han contado este fin de semana?" me da la impresión de que casi se ven obligados a decir que sí pues es una pregunta muy directa y delante de todos sus compañeros. Al final del curso es interesante hacer una pequeña valoración y ver qué cuentos son los que más/menos nos han gustado. 


Yo realizo esta actividad en huequitos que vamos teniendo: al entrar a clase mientras nos sentamos en la alfombra, cuando acaban de desayunar, cuando acaban de recoger los rincones pero aún queda un poquito hasta que se van a comer, etc. Las tres o cuatro primeras semanas hay que estar más pendiente de ellos y de encontrar huecos y también tenemos que dedicar más tiempo porque les tenemos que ayudar más a buscar los títulos, a darles trucos, etc., pero luego ya van ellos solos siempre que tienen un ratito. Aunque siempre hay que llamar a 2 ó 3 niños para que busquen su cuento y anoten su nombre y ayudarles más, es una dedicación bastante pequeña de tiempo y esfuerzo por nuestra parte para las ventajas que tiene la actividad.

¡Así que si realizáis préstamos de cuentos os animo a que incorporéis el registro a vuestras rutinas!.

La prehistoria: casas y cuevas

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En esta entrada simplemente quiero compartir un material muy sencillo que hice para la oposición y que me ha resultado muy útil en el aula. Se trata de un panel con dos partes, una casa y una cueva, y elementos de ambas viviendas que los alumnos deben pegar con velcro en la que corresponda. 

Los paneles de la casa y la cueva están hechos en cartulinas de tamaño DIN A3 y unidos con anillas. Yo los uso juntos porque los empleo cuando trabajamos la Prehistoria y los distintos tipos de viviendas, pero podría desprenderse la casa y usarse ella sola en la undiad correspondiente.

Los elementos para colocar en la casa y la cueva los hice dibujándolos yo o con imágenes de internet. Para que no tengáis que buscarlos y colorearlos podéis descargarlos e imprimirlos directamente pinchando aquí o en la imagen.

https://goo.gl/photos/9KsbYwnyd8E8Ackg6

Este curso he trabajado la Prehistoria y los tipos de casas con mis alumnos de 5 años. Además, las palabras que hemos estado leyendo y escribiendo con distintos materiales han tenido relación con dichos temas. Aunque todo esto lo hemos estado haciendo durante casi cinco semanas, no fué hasta la mitad de la unidad cuando les presenté este material. Tuvo muchísimo éxito. Sobre todo les encantó colocar los elementos de la cueva porque después de verlos en fotos, leerlos, escribirlos, hablar de ellos,...por fin pudieron tocarlos y usarlos para jugar. 

Este material lo coloqué en el rinón de la biblioteca para que jugasen con él los niños que eligiesen ese rincón.

Por último y para "cerrar" el trabajo un poco más a fondo con las casas, vamos a realizar una "encuesta" para saber en qué tipo de casa viven los niños de la clase y en qué plantas están las viviendas de aquellos alumnos que vivan en pisos (para repasar así los números ordinales). Con los datos obtenidos entre todos elaboraremos un gráfico de barras para poder trabajar con ellos más facilmente. Ha estado unos días colgado pero vacío en la zona de la asamblea así que los niños no han parado de preguntar "¿y eso para qué es?".

 

Para recoger los datos (y ya de paso leer y escribir algunas palabras relacionadas) he realizado esta hoja que llevarán a casa el fin de semana y que podéis descargar pinchando en la imagen y  aquí.

https://drive.google.com/file/d/0B2KNowNDUsorWjNnbTlDU2RSZ3M/view

(En este enlace encontraréis otras fichas para trabajar, entre otras cosas, la lectoescritura desde un enfoque más funcional. Toda la información sobre este material está en la entrada Las "otras" fichas de lectoescritura)

Creo va a ser interesante y vamos a disfrutar mucho compartiendo la informacón sobre las casas y elaborando el gráfico para después trabajar distintos contenidos de tipo matemático. Si es así, os lo contaré por aquí ...

Números cardinales: ¿Cuántos tejados necesito?

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El otro día teníamos que hacer la ficha que véis, con el trazo del 7 y varios conjuntos que tenían ese número de objetos. A mi me parece bien que se practiquen las grafías de los números pero siempre y cuando los niños hayan vivido antes experiencias en las que el hecho de hacer dichas grafías correctamente les ha aportado una ventaja, y el no realizarlas bien ha supuesto un impedimento para, por ejemplo, ganar un juego.

En debates con compañeras sobre si es mejor fichas o trabajo manipulativo a veces las más pro-fichas argumentan que antes de hacer éstas se trabaja el contenido manipulativamente. Pero claro, si ese trabajo manipulativo simplemente es hacer conjuntos de tantos elementos y que las maestras los corrijamos o hacer el 7 en lugar de en papel, en la pizarra, ese trabajo manipulativo previo tiene casi el mismo sentido que la ficha. Y al final nos quedamos sin saber si los niños han interiorizado para qué sirven los números, si cuentan por sí mismos o simplemente imitan lo que ponen sus compañeros de equipo, si siguen mecánicamente puntitos sin saber ni de qué son, etc.

Así que antes de hacer esta ficha estuve pensando algo verdaderamente manipulativo para hacer. Algo que debía cumplir los siguientes requisitos:
1. Breve: por desgracia no podía dedicar toda la sesión así que debía durar como máximo unos 15 minutos.
2. Que fuese un juego para los niños, y no una preparación para la ficha que porpone la maestra. Y por tanto que no tuviese que corregirles yo.
3. Que escribir un número de forma legible fuese necesario para ganar dicho juego (algunos niños lo hicieron en espejo pero eso yo a principio de curso de 5 años lo considero legible).
4. Que necesitasen contar correctamente un conjunto de hasta 7 elementos para ganar.
5. Que yo pudiese hacer el material necesario en máximo 30 minutos, que es el tiempo que llego al cole antes de que entren los niños.
6. Que jugasen todos.
7. Y que se divirtiesen mucho.

Y después de tanto requisito estaréis esperando un súper juego. Se me ocurrió algo súper sencillo pero que les encantó y a mi me sirvió para conocer qué niños podían escribir correctamente el 7 y contar un conjunto de dicho número de elementos. Dibujé en medio folio pueblos de 5,6 o 7 casas sin tejado. Las casas de cada pueblo eran diferentes y su disposición también. De esta forma era un poquito más complicado para un niño saber a simple vista si tenía un pueblo igual que el de sus compañeros contiguos. Así todos debían pensar en su propio pueblo. Por detrás de la cuartilla ponía "¿Cuántos tejados necesito?".

 


La consigna para jugar fue: "¿Os acordáis del cuento¡Qué cerditos tan mañosos!?* En el cuento lo último que se ponía a la casa era el tejado. Os voy a dar un pueblo con casas que aún no tienen tejado. Debéis mirar con atención vuestro pueblo y anotar por detrás cuántos tejados necesitáis construir para que todas las casas tengan uno. Cuando hayáis terminado dejáis la hoja con vuestro encargo en la mesa, delante de vosotros, y os iré dando tantos tejados como hayáis apuntado. Después los pegáis y si tenéis tejados para todas las casas y no os sobra ninguno, habéis ganado el juego". 

Repartí pueblos de 5, 6 y sobre todo de 7 casas. De los que más había era de 7, que era el número y cantidad que queríamos trabajar, y por eso estos pueblos tenían disposiciones diferentes, una más "lineal" y otra más aleatoria.


Respecto a los resultados salió como esperaba. Ganaron todos los niños menos 2, los cuales copiaron los números anotados por otros compañeros del equipo que no tenían el mismo pueblo. Uno de ellos, al darse cuenta, rectificó y me volvió a pedir tejados correctamente. El otro alumno necesitó ayuda en el conteo a pesar de haber recibido un pueblo de solo 5 casas. 

Y después de jugar se quedaron todos tan felices. Y ahora sí podía tener algo más de sentido practicar la escritura del número 7 por si otro día hacíamos otro juego y tenían que pedir cosas por escrito.

Bueno, pues el material como véis es muy sencillo porque no tenía tiempo para hacerlo en el ordenador. Como salió tan bien y es tan adaptable a cualquier contexto y a cualquier edad os lo recomiendo muchísimo para hacerlo con vuestros alumnos. ¡Yo voy a repetir seguro!


*Hemos estado trabajando las casas y casualmente unos días antes les había contado un cuento chulísimo titulado ¡Qué cerditos tan mañosos!, en el que continuando la historia de Los tres cerditos, los cerditos que habían perdido su casa se construyen una de ladrillo. Como creo que está descatalogado os dejo el vídeo.

Mucho más que limonada

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Hace unos días venía en el libro que tenemos una ficha en la que tenían que rodear y anotar los ingredientes para hacer limonada. La verdad es que tenía ganas de hacer una receta porque, además de preparar la comida en cuestión, me parece que son un vehículo ideal para trabajar muchos contenidos de lectoescritura y lógica-matemática. Siempre lo veía una complicación enorme y no sabía que receta elegir para que participasen todos en el "cocinado". La limonada no se me había ocurrido y me pareció perfecta. Además, es increíble como los niños, si les dejamos un poquito de espacio y tiempo, hacen mucho más grandes las actividades que llevamos planeadas.

Busqué en internet las proporciones porque como quería que mis alumnos fuesen autónomos en la lectura y ejecución de la receta, no podía hacerla "a ojo" que es como yo la prepararía en mi casa. Luego la escribí en el formato que véis en la foto.

Para que los 20 niños tomasen un poquito (como 2 ó 3 dedos de su taza) tuvimos que hacer el proceso dos veces ya que con una vez salía poquísimo. Para las dos repeticiones (2 litros de limonada) usamos:
 - 8 limones.
- Un bote de mermelada Hacendado lleno de azúcar.
- Agua hasta llenar la jarra de 2 litros donde hacíamos la mezcla.

También necesitaréis:
- Un exprimidor.
- Un cuchillo.
- Una cuchara grande para remover.

Llevé al cole todo lo necesario pero lo dejé escondido. Antes de que los niños llegasen dejé en la alfombra una nota de la mascota Aris que decía "¿Queréis concinar?" y la receta. Este año cada vez que presento algo nuevo les dejo notas y eso les está ayudando muchísimo a aprender a leer de forma significativa y motivadora. Esta vez la nota era sencilla porque quería que la leyesen niños que, cuando son notas más largas, participan menos.


Después de dejarles un rato libremente para que leyesen nota y receta nos sentamos en la alfombra y me fueron diciendo lo que ponía. Cuando ya sabíamos seguro que en la nota nos preguntaba si queríamos cocinar, pasamos a averiguar lo que podía ser el otro papel y a leerlo. Y después, hicimos entre todos una lista en la pizarra con lo que necesitábamos para hacer la receta. Y como Aris nos había traido todo lo necesario, nos pusimos manos a la obra.

Lo primero fue buscar una taza de las que tienen los niños para beber agua que no fuese ni muy grande ni muy pequeña. Comparamos unas cuantas usando "tan grande como", "más grande que", etc. Después teníamos que partir los limones para poder exprimirlos. Yo no sabía cuantos limones necesitaba exprimir para llenar una taza así que cogí 4. Cuando partí el primero se me ocurrió plantearles un problema: "Si cada limón lo parto en dos mitades como estas, ¿cuántas mitades tendré al final, cuando haya partido todos?". Como les pareció muy motivador se pusieron casi todos a pensar aunque sólo un poco más de la mitad de los niños supo la solución. Algunos de los niños que lo resolvieron correctamente explicaron al resto cómo lo habían hecho. Lo más común fue contar los limones pero asignando dos números a cada limón, como imaginándose que ya estaban cortados.[En una entrada futura os contaré cómo hago problemas verbales de este tipo en la asamblea] 


Como al final necesitamos dos tazas de zumo de limón, tuvimos que usar otros 4 limones y en este caso cambié el enunciado: "Si en lugar de 4 limones tuviésemos 5 y los partiésemos en dos mitades, en vez de 8 mitades, ¿ahora cuántas tendríamos?". 

Y después de los problemas ¡a exprimir!. Los niños fueron saliendo a exprimir en el exprimidor eléctrico y les encantó. 


Después de exprimir 4 limones llenamos la taza de medida y otro niño la echó en la jarra. Luego continuaron leyendo la receta y fueron añadiendo la taza de azúcar y removiendo todo el rato para que se disolviese bien. Otro alumno añadió el agua hasta que estuvo rica. Como salió poquita limonada repetimos el proceso.

Nos quedó deliciosa así que fuimos todos a por nuestra taza y bebimos un poquito. Y como nos gustó tanto decidimos que tenía sentido (ahora sí) hacer la ficha para apuntar los ingredientes y poderlos comprar para hacerla en casa. Pero claro, papá y mamá debían saber qué era eso así que en una cuartilla en blanco (bueno, en azul) les escribimos algo así como: "Papá y mamá. Hoy hemos hecho limonada. Un beso. (Nombre del niño/a)".


En la foto véis la de un niño, aunque en este caso no le quedó el texto demasiado ordenado. Aún así me parece fundamental que se enfrenten a la escritura en folio en blanco, sin pautas, sin huequitos... para que sean ellos los que piensen, se organicen y ajusten el tamaño de la letra al espacio disponible. 

La actividad podía dar algo más de juego si además escriben el proceso y las cantidades ajustadas (2 tazas en lugar de una de cada ingrediente). Esto último sobre todo me hubiese gustado hacerlo de cara a preparar una actividad de peticiones que hicimos después, pero por falta de tiempo no fue posible.

Todo este proceso lo llevé a cabo con mis alumnos de 5 años pero creo que es muy adaptable a 4 años. La receta la podemos escribir con más dibujitos y la nota a las familias pueden hacerla completando algún hueco en un texto semi-escrito por nosotros o escribiéndola libremente y por detrás anotar nosotros "la traducción". 

Portada y contraportada del primer trimestre

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Seguro que ya casi todos habéis hecho la portada para los trabajos del primer trimestre. Mis alumnos ya la han terminado y ha quedado tan bonita que estoy deseando compartirla. Si aún estáis decidiendo qué hacer o si necesitáis ideas para una tarjeta navideña, podéis hacer nuestro "árbol de navidad moderno". Es facilísimo y ya véis el resultado.

En primer lugar, la idea fue de mi ex-compañera María, que la hizo hace unos años con los niños de 4 años de su clase. Así que...¡mil gracias María por dejarnos "copiarla"!.

El material que váis a necesitar para 21 niños es:
- 23 cartulinas rojas para la base de la portada y para los troquelados y vaciados.
- 21 cartulinas verde oscuro para la base de la contraportada.
- 1 ó 2 cartulinas marrones para recortar los troncos.
- Cartulinas de distintos tonos de verde para las hojas. Yo he usado 3 tonos y de cada uno 3 cartulinas y me han sobrado bastantes tiras.
- Gomets de estrellas doradas.
- Rotulador dorado.
- Troqueladora.

Lo primero que yo hice es dibujar en cada cartulina roja dos líneas con el lápiz, una para que los niños pusiesen el nombre y otra para marcarles donde debía ir la parte inferior del tronco.

Después corté un rectángulo marrón por niño de 5 cm de ancho. El alto lo corté "a ojo" porque prefería que no todos fuesen iguales. Lo podían haber recortado los niños pero por falta de tiempo hice yo esta tarea. Después comencé a cortar en tiras las cartulinas verdes, sin regla ni nada porque el árbol queda mucho más bonito si las tiras son desiguales. Fuí haciendo montoncitos de tiras del mismo largo y ordenándolos formando un abeto.


Y cuando tuve los montoncitos necesarios para formar un abeto metí cada grupo de tiras de la misma longitud en un cuenquito de natillas. En otro metí los gomets de estrellas y para terminar troquelé dos cartulinas rojas con la troqueladora de Papá Noel y guardé tanto la forma como el vaciado recortado en forma de cuadrado.


La portada la hicimos en el tiempo de juego por equipos de las tardes. A cada niño le di su cartulina y le dije que debían coger un tronco y una tira de cada cuenco. Después debían pegarlas ordenadas desde la más larga pegada al tronco hasta la más corta situada en la punta. Para terminar, debían coger las estrellas que quisiesen y pegarlas en la punta del árbol. 


Para la contraportada debían pegar los muñequitos y vaciados formando una serie arriba y abajo con el patrón que quisiesen. Casi todos eligieron un patrón AB (muñequito-vaciado).


Como véis es sencillísima, queda preciosa y lo hacen todo ellos solos trabajando a la vez aspectos matemáticos. Y a mi lo que más me gusta es que no quedan todas exactamente iguales ya que de cada longitud de hojas había varios tonos de verde y distintos anchos. 

Mis alumnos disfrutaron mucho "construyendo" su portada así que os animo a que la hagáis con los vuestros este año o los siguientes.

¿Cómo hacer figuras cuadriculadas para peticiones?

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Esta última parte del trimestre hemos estado aprendiendo cosas del Antiguo Egipto así que durante una semana en el rincón de lógica-matemática decoramos un sarcófago egipcio con la actividad de peticiones. De este modo profundizábamos un poquito más en el uso de los números como cardinales, que después del éxito de la actividad de los tejados tenía muchas ganas.  

En esta ocasión, los alumnos debían reproducir un sarcófago cuadriculado decorado por mí con gomets cuadrados de colores, en su sarcófago cuadriculado pero sin relleno. Una vez que recibían el sarcófago modelo y el suyo vacío, me tenían que pedir las pegatinas necesarias por escrito y pegarlas correctamente en su sarcófago vacío. Para "ganar" el juego tenían que usar la escritura de los números cardinales y orientarse en una cuadrícula.

A mi es un juego que me encanta, además de que me parece completísimo matemáticamente. Por eso he hecho en otras ocasiones actividades de peticiones, tanto en 3 y 4 años como en 5. Podéis leerlas en estos enlaces para saber con mucho más detalle cómo se desarrollan:

Este año he introducido una novedad. Normalmente los niños, cuando venían a mi mesa a por las pegatinas, me leían su lista. Esta vez era yo la que debía interpretar lo que ponía y por tanto no les servía recordar ninguna información de memoria o elaborar un mensaje ilegible.


Y como resultado, bien en un primer intento o en los sucesivos, todos los alumnos han empleado los numerales con sentido cardinal para indicar la cantidad. Un alumno dibujó además todas las pegatinas.

Para determinar el color la mayoría coloreó un poquito al lado del número, algunos niños escribieron el número con la pintura del color correspondiente y sólo un niño escribió el nombre de cada color. Podéis ver las fotos de las distintas fases de la actividad en este álbum: Peticiones sarcófago 5 años.


Elaboré 4 modelos de sarcófagos para adaptarme a diferentes niveles. En aquellos que había dos grupos de cuadrados del mismo color, más de la mitad de los niños las pedían por separado (por ejemplo, anotaban en la parte superior de la lista 4 amarillas y en la parte inferior, otras 4 amarillas) y sólo algunos niños las pidieron juntas (en el ejemplo, escribir sólo 8 amarillas). Para ver cómo evolucionan en este aspecto elaboré el último modelo, con el que jugaremos a la vuelta de vacaciones de Navidad. Podéis descargar todos los sarcófagos pinchando aquí .












Muchos me habéis escrito para pedirme más figuras cuadriculadas así que os voy a explicar cómo las podéis hacer vosotros mismos porque es súper fácil. 

1. Creamos una tabla en word que ocupe toda la página: Insertar tabla --> Elegimos un número de columnas y filas al azar que luego aumentaremos o eliminaremos --> Seleccionamos toda la tabla --> Herramientas de tabla --> Presentación --> Elegimos el ancho y alto de las celdas en función del tamaño de los gomets que vayamos a utilizar. Eliminamos las filas y columnas que se salgan de la hoja.
En mi ejemplo, he seleccionado 2 cm de ancho y 2 cm de alto y caben en un DinA4 9 columnas y 13 filas.
*Antes de hacer la tabla conviene reducir los márgenes al mínimo ("márgenes estrechos").



2. Repasamos con mayor grosor las celdas que formarán la figura y creamos líneas oblicuas si fuese necesario. 
a) Para crear líneas oblicuas: Insertar formas --> Elijo la línea --> Las trazo sobre la tabla --> Las selecciono --> Herramientas de dibujo --> Contorno de forma --> Grosor 3 pto.

 

b) Para repasar las celdas: Herramientas de tabla--> Diseño--> Selecciono grosor de la línea 3 pto --> Dibujar tabla. Y voy repasando las celdas.


 c) Al aumentar el grosor de las líneas puede que alguna fila o columna salga de la hoja. la eliminamos.

En mi ejemplo he repasado las celdas y creado las líneas oblicuas necesarias para formar una casita.

3. Borramos las líneas exteriores no necesarias: Herramientas de tabla--> Diseño --> Borrador.


Algunas veces no nos deja borrar algunas líneas exteriores de las celdas en las que hay una diagonal sin borrar también líneas del interior de la figura. Yo en ese caso no me peleo con el ordenador y luego lo arreglo "a mano".


4. Guardamos e imprimimos esta figura pues será la que entreguemos a los alumnos para que ellos la rellenen.  


5. Elaboramos los modelos rellenando los cuadrados que queremos que tengan color. Podemos hacerlo de dos formas:
a) Colorear las celdas de la tabla y luego imprimir a color. Para ello: Colocamos el cursor en la celda que queremos colorear o seleccionamos varias --> herramientas de tabla --> diseño --> sombreado --> elegimos el color. 


b) Imprimimos la figura en blanco y negro y después coloreamos las celdas "a mano" o les colocamos los gomets.

Pinchando aquí podéis descargar la casita en blanco y negro y coloreada como en el modelo del ejemplo. Ahí también encontraréis otras casas que hice un año con mis alumnos de 4 años.

Como veis es muy sencillo así que os animo que juguéis a las peticiones adaptando las figuras a cualquier proyecto o unidad didáctica que estéis trabajando.

Haciendo papiros

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¡¡Hoy voy a compartir una actividad de las más chulas que hemos hecho este curso!! Como veréis, no me he inventado nada pero fue tan bonito el proceso y disfrutamos tanto todos que tengo que mostraroslo y animaros a que si podéis, la hagáis. Me ha costado esperar hasta ahora para enseñárosla, pero este curso con mi bebé y otro proyecto que ya os contaré, no doy a basto.

Durante un mes antes de las vacaciones estuvimos trabajando el Antiguo Egipo con mis alumnos de 5 años. Buscando cosas diferentes para hacer, más creativas y con más sentido que lo que viene en los libros, encontré este vídeo de Art Attack en el que cuenta cómo hacer un papiro. Y lo hicimos. 



Nosotros lo hicimos en dos fases. En la primera realizamos lo que es el papiro en sí, por equipos durante las tardes de una semana.


Y en la segunda fase escribimos con jeroglíficos sobre nuestro papiro en el rincón de lectoescritura imaginándonos que éramos escribas egipcios.


Os voy a contar qué necesitáis y los pasos para hacer vuestros papiros. En primer lugar, para 21 papiros yo he usado:
- 21 cartulinas DinA4 blancas.
- 4 rollos de venda (aproximadamente se gasta 1 rollo por cada equipo de 5 niños). La venda que yo he usado es la que véis en la imagen. El ancho es 10 cm y el largo no lo recuerdo pero sé que cada rollo me costó 1,14 euros.
- Cola blanca.
- Un poquito de café soluble (aproximadamente 4 cucharitas para los 21 papiros). Como quería que no todos los papiros quedasen exactamente con el mismo tono, las mezclas de cola y café las hacía a ojo y distintas para cada equipo.
- Agua.
- Pinceles gruesos o brochas.
- Ceras blandas.

1. Corté yo las tiras de venda calculando que quedasen un poco más largas que el A4. Para cada equipo corté un rollo de venda entero. Por otro lado dejé preparada la mezcla de cola, agua y café. La mezcla la hice a ojo aunque en el vídeo sugiere dos partes de agua por cada parte de cola y una cucharada de café.

2. Repartí a cada niño tres tiras que debían colocar muy estiradas sobre el A4 y después echar la cola. En el vídeo no lo dice pero yo os recomiendo que antes de colocar las tiras de venda los niños pongan pegamento de barra por toda la catulina. Si no es complicadisimo para ellos poner la cola con el pincel sin que se mueva la venda. Una vez que pongan el pegamento deben colocar las tres tiras de venda muy estiradas y de forma que sobresalgan un poco por los cuatro lados de la cartulina. Esta tarea pone a prueba su motricidad fina, jeje.


3. Después deben ir echando la mezcla de cola, agua y café con una brocha o pincel gordo (os recomiendo que usen la brocha más gorda que tengáis) pero empapando bien la venda y la cartulina para que se queden pegadas.


4. Como la venda que usamos es muy poco tupida, después de pegar las 3 tiras, dí otras dos a cada niño para que pusiesen dos capas y quedase mejor. Con un rollo por equipo de 5 niños os da para dar 5 tiras a cada niño. Una vez colocadas en el centro de las tres anteriores, volvieron a echar la mezcla para pegarlas bien (aunque si han empapado las tiras de la primera capa ya éstas quedan casi pegadas).

5. Dejamos secar los papiros. Si están bien empapadas las vendas los papiros van a gotear mucho si los colgáis en la cuerda que solemos tener en las clases. Merece la pena muchísimo manchar un poco aunque a veces hasta esto sea una lucha... Si podéis dejarlos sobre una mesa se mancha menos. Al día siguiente ya estarán secos pero quedan un poco ondulados por lo que para que sea fácil pintar sobre ellos os recomiendo que los metáis bajo algo que pese mucho.

6.¡Escribimos jeroglíficos! Esta parte fue genial. Os recomiendo que uséis ceras blandas o semi-blandas ya que si no les cuesta mucho que queden colores vivos. 


Como durante un mes habíamos estado hablando del Antiguo Egipto, viendo libros, fotos, cuentos,... ya sabíamos que los egipcios usaban sobre todo el color negro, rojo, amarillo, azul y blanco. Además habíamos estado observando los jeroglíficos que aparecían en sarcófagos, paredes, pinturas, cámaras ocultas de los templos... Como ya teníamos mucha información, para los niños fue muy fácil ponerse a "escribir". Aún así yo les hice algunos jerogíficos en la pizarra. Pensé que al hacer esto iban a limitarse a copiarlos pero me sorprendieron animándose a hacer otros muchos que teníamos expuestos por el aula. Otro de mis temores es que hiciesen jeroglíficos enanos ya que una "pequeña lucha" de este curso es que hagan dibujos proporcionados al soporte. A veces hacen dibujos tan minúsculos que luego es imposible añadir detalles. Como véis, hicieron unos jeroglíficos de tamaño muy adecuado al A4.


¡Y el resultado es el que véis! A mi me parecen verdaderas obras de arte y sobre todo, el proceso fue tan motivador para los niños, que disfrutaron y aprendieron muchísimo.



 

Libros "Este mes cumplo años"

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Cada vez que estoy en 5 años tengo que dedicar bastante tiempo y esfuerzo a justificar por qué los niños pueden y deben aprender a leer sin cartilla, a través de textos con sentido, lo más reales posibles. Y me da un poco de rabia porque es como está demostrado que debe hacerse y por tanto como aparece en cualquier libro que hable de didáctica de la lengua en Educación Infantil (en cambio, aún no he leído en ninguno que haya que usar cartillas). Quizá nosotros y nuestros padres aprendimos con alguna de ellas y como sabemos leer y parece que muy mal no nos ha ido, esperamos que nuestros hijos y alumnos aprendan del mismo modo. La educación ha evolucionado mucho y desde hace años se conocen prácticas educativas que han sido probadas y han dado muchísimos mejores resultados que las más tradicionales.

http://www.casadellibro.com/afiliados/homeAfiliado?ca=21002&idproducto=1122120En mi aula intento que leamos todos los tipos de textos posibles. Entre ellos están unos libritos de una colección llamada Este mes cumplo añosque, aunque son algo "didácticos", yo uso muchísimo sobre todo cuando tengo alumnos de 5 años. Está compuesta por 12 libros muy finitos, cada uno titulado con el nombre de cada mes del año. La editorial es La Galera y están escritos por Laura Espot, David Monserrat y Elisabeth Tort e ilustrados por Roser Calafell.

Está diseñada para que los niños tengan el libro del mes que cumplen años pero yo cuando los ví, aún cuando casi ni había empezado a trabajar, me compré los 12 pensando en que, al menos, me darían ideas para hacer murales de cada estación del año. Y sí, los uso para eso en 3,4 y 5 años, pues tienen unas ilustraciones que a mi me gustan mucho y me sirven de base para dibujar en murales y tras pintarlas, añadir sobre ellas distintos materiales. Pero en 5 años les doy mucho más uso del que había imaginado y una vez que los niños son capaces de leer algo, los disfrutan un montón.

Comienzan siempre hablando del paisaje del mes correspondiente, después hay una poesía y luego varias adivinanzas relacionadas con ese mes o estación del año.


A continuación nos habla de la ropa que llevamos y luego de las frutas o verduras que podemos encontrar en el mercado.


Luego vienen refranes del mes correspondiente, después una canción y por último nos habla de alguna fiesta típica. La última página es un marco para que el niño que cumple mes ese año pegue una foto.


En 3 y 4 años, como os he dicho, sólo los uso para los murales y alguna adivinanza sencilla. Algún año los leí y claro, les parecieron aburridos. En 5 años yo pensé que pasaría algo parecido. Como la capacidad de atención de los alumnos es mayor y tienen una conciencia temporal más clara decidí empezar a leerlos algunos días en la asamblea. Del contenido les gustan mucho los refranes y las adivinanzas pero lo que más les hace disfrutarlos es participar de la lectura. Al principio de curso, sobre todo los leo yo y me van ayudando conforme van siendo capaces de leer más. En seguida cambiamos los papeles y soy yo la que ayuda un poquito a los niños que ya son capaces de leer con más soltura. Más o menos en enero, ya participan todos o casi todos en la lectura del libro, individualmente o por parejas, ayudándose entre ellos si lo necesitan. La letra es cursiva y mayúsuculas aunque predomina la primera.

Para que no sea aburrido, solemos leer en distintos días del mes los diferentes apartados. Las adivinanzas ya sabéis que les encantan pero para mi la gran sorpresa la primera vez que estuve en 5 años me la llevé con los refranes. Les gustaron muchísimo así que lo que hacemos es aprendernos alguno de los que leemos. Lo decimos cuando el encargado nos va pasando lista y eso nos sirve para memorizarlo y poder contárselo a nuestra familia a la salida.

Como les gustan tantísimo hacia mitad de curso hacemos un libro de refranes de nuestra clase con dos refranes que escribe cada niño ayudado por su familia (os conté un poquito cómo lo hacíamos en la entrada Las otras fichas de lectoescritura).

Por supuesto, los libros de Este mes cumplo años forman parte, a partir del segundo trimestre, del rincón de biblioteca, para que los niños puedan releerlos todas las veces que quieran.


¡A contar! Matemáticas para pensar

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¡¡Por fin voy a contaros un proyecto precioso en el que llevo trabajando un tiempo!! En varias entradas anteriores os he hablado de Carlos de Castro, profesor de Didáctica de las Matemáticas en la universidad, excelente maestro de maestros. Hace ya 4 años me encontró por internet justo después de publicar el vídeo de la entrada Creación de listas y orientación espacial en una cuadrícula. Empezamos a trabajar juntos perfilando las actividades de peticiones y poniendo en práctica con mis alumnos otras propuestas interesantísimas como el taller de problemas, actividades de enumeración, tetris (ya os hablaré de él en otra entrada porque es un juego impresionante), actividades para trabajar el número ordinal, y algunas más que os iré contando.


Con sus conocimientos teóricos y mi puesta en práctica fuimos publicando algunos artículos, llevando nuestras experiencias a sus alumnos en la universidad y a otros maestros en distintos encuentros. Pero sobre todo aprendí yo y aprendieron aún más mis alumnos. Él me dio la justificación teórica necesaria para llevar a cabo propuestas totalmente distintas a las que hacían en los coles a los que llegaba. Y hacerlo con seguridad a pesar de hacerlo casi sola. Y una vez que empecé a dar tanta vida a mi rincón de matemáticas, a ver que los niños disfrutaban muchísimo con este tipo de propuestas y a comprobar los excelentes resultados en cuanto a contenidos; ya no pude parar. Ya no me he podido conformar con limitar las matemáticas a las fichas de números, formas o series de los libros de texto tradicionales. Y tampoco me ha sido fácil desde entonces decir que no a las propuestas de Carlos. Es una suerte tener a un maestro que te enseña una vez que ya parece que tu formación ha terminado porque ya tienes tu plaza, tu cole definitivo,...

Así que hace tiempo me dijo que Santillana había visto las actividades sobre las que él había estado investigando y publicando y querían contar con él para crear un material de Educación Infantil. Pero uno, por fin, diferente, para trabajar las matemáticas de una forma distinta, manipulativa pero de verdad, que implicase pensar,... Como casi todas esas actividades eran las mismas que yo había estado haciendo desde hacía tiempo con mis alumnos, me pidió ayuda para aportar todo lo relacionado con la puesta en práctica real en las aulas. Acepté y nos pusimos manos a la obra.


Y el resultado es ¡A contar!, un proyecto maravilloso para trabajar matemáticas en 4 y 5 años. En él se recogen las actividades que habéis ido viendo por mi blog y algunas más, con la finalidad de que los niños aprendan contenidos matemáticos relacionados sobre todo con el número y el conteo pero de forma realmente significativa. No vais a encontrar puntitos que seguir ni conjuntos con X elementos sino, por un lado, todos aquellos juegos en los que conocer los números se hace necesario para ganarlos, y por otro, propuestas para que los niños desarrollen estrategias de resolución de problemas en los que los números están presentes. 

 
 










Hemos elegido 8 cuentos por curso para contextualizar las actividades. Los problemas es importante que planteen situaciones conocidas por los alumnos por lo que, ya que teníamos que usar los cuentos para ello, nos han servido para encuadrar otras actividades. Los cuentos, seleccionados con mucho cariño, tienen ilustraciones muy "matematicas", en las que aparecen cantidades, series, mapas...y todo aquello que pueda dar pie para hacer matemáticas desde la literatura.

















Cada cuento está planteado para contarse durante 1 mes aproximadamente y realizar en torno a él varios problemas de asamblea (muy pronto haré una entrada sobre ellos), dos problemas más complejos pensados para hacer en taller, entre 2 y 4 figuras de tangram y otras tres actividades entre las siguientes:

- Juegos de tablero

- Series
- Peticiones
- Ordinales
- Tetris
- Mapas del tesoro
- Bingo
- Enumeración  (sólo en 4 años)
- Dominó (sólo en 4 años)
- Pistas coloreadas (sólo en 4 años)
- Y tiendas (sólo en 5 años)

Todas estas actividades las he hecho durante años con mi material "casero". Este año estoy feliz porque es impresionante poder tener, con las mismas ilustraciones de los cuentos, un juego de tablero, plantillas de tangram, etc. Y aunque no puedo seguir todo el programa de ¡A contar!, sí leo siempre los cuentos y cada vez que hacemos alguna de las actividades los niños nada más ver el material ya empiezan "¡Eh! Tangrams del hipopótamo" (El Hipopótamo Sonriente es un cuento de 5 años).


¡A contar! se compone del material del alumno, la guía y el material de aula. El alumno tiene una carpeta con tres cuadernillos para las actividades que requieren papel, unos cubitos multilink, rectas numéricas y una tabla 100 (en 5 años). No esperéis las típicas fichas porque lo que váis a encontrar son plantillas para series (tampoco como las de los métodos para pegar 4 pegatinas), espacios para resolver problemas, figuras de peticiones y sus modelos, cartones de bingo, etc. 

 

El maestro tiene el material estrella: la guía. Imprescindible en este proyecto. En ella contamos con detalle en qué consiste ¡A contar!, por qué usamos los cuentos, lo que pretendemos conseguir con cada actividad, cómo hacerla en las aulas, lo que podéis esperar de vuestros alumnos, etc. Y además un CD con un juego de tetris, los cuentos para PDI y algunos recursos para imprimir.


Y el material del aula pues es todo lo que necesitamos para jugar: los cuentos, cajas de cerillas para enumeración y ordinales, juegos de tablero, figuras de tetris, listas de la compra y fichas de dominó y de tangram.


Por último, ¡A contar! tiene también un blog, que lo estoy escribiendo yo, en el que cuento cosas sobre el proyecto, metodología, resultados de las actividades, hay recomendaciones de libros y artículos relacionados, etc. Y por supuesto en el apartado de preguntas y respuestas estamos disponibles Carlos y yo para responder cualquier duda sobre ¡A contar!. La dirección es muy sencilla: www.santillana.es/blog/a contar.

http://www.santillana.es/blog/acontar/

¡Ahora que ya conocéis la noticia, poco a poco os iré enseñando algunas actividades muy chulas de las que hemos ido haciendo!.

Trabajando por rincones en Infantil VI: registro de asistencia a los rincones.

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Tengo pendiente hacer una recopilación de todas las preguntas (y sus respuestas) sobre el trabajo por rincones que habéis ido dejando en las entradas del blog y en mi canal de You Tube. Mientras tanto voy a compartir cómo realizo yo el registro de asistencia a los rincones, que aunque está explicado en los vídeos de la primera entrada (aquí), genera muchas dudas.

Para los que os acabáis de incorporar al blog, os recuerdo los enlaces donde podéis leer toda la información publicada anteriormente sobre cómo trabajo yo por rincones:
1. Trabajando por rincones en Infantil, con toda la información de mi forma de trabajar en unos vídeos explicativos.

Trabajar por rincones supone cambiar un poco "el chip" respecto a los rincones de juego o a que el trabajo importante es la ficha y luego ya se va a los rincones para completar el tiempo. En el trabajo por rincones las actividades programadas para todos los rincones son igual de importantes y por eso, hay que hacerlas todas durante el tiempo para el que están programadas. Si nosostros damos mucha importancia al rincón de lectoescritura y también mucha importancia la de juego simbólico o al de construcciones, los niños lo perciben y se responsabilizan de cumplir con la realización de las actividades de todos los rincones.

No obstante, cuando empezamos a trabajar así nos agobia un poco el que algún niño se quede sin ir a un rincón. Si lo pensamos bien, no es nada preocupante si comparamos esta forma de trabajar con hacer con todos los niños una ficha a la vez y luego ir a jugar. De esta última forma no se nos escapa ningún alumno de hacer la ficha (equivalente solamente al rincón de lectoescritura) pero algunos niños no hacen nada más, o como mucho alguna otra cosita considerada más ludica y/o complementaria al trabajo verdaderamente importante que se ha hecho antes con todos. Si tenemos un abanico de 6 ó 7 actividades y un alumno no hiciese una semana, por ejemplo, sumas con pinzas en el rincón de lógica-matemática pero sí ha hecho las actividades de los otros 5 rincones, ha aprendido ya bastante más que de cualquier otro modo. Teniendo en cuenta que, por un lado, las actividades de los rincones, se repiten con variaciones a lo largo del curso (volverá a haber sumas con otros materiales) y que muchas de ellas se hacen en la asamblea en otros momentos con todos los niños, realmente no es motivo de agobio el que algún alumno "se escape" alguna vez de nuestro control.


Antes de contaros cómo realizo yo dicho control recordaros que la norma que se da a los alumnos es que deben realizar las actividades de todos los rincones durante el tiempo para el que están programadas y que no se puede repetir rincón hasta que no han hecho las actividades de todos los rincones. En mi caso, yo programo para el rincón de lectoescritura una actividad cada día y para el resto de rincones una actividad semanal que pueda tener distintos grados de complejidad o alguna variación en caso de que un niño repita ese rincón cuando ya haya ido a todos. Por tanto, al rincón de lectoescritura deberán ir cada día y al resto deberán acudir durante la semana.

El control de asistencia yo lo realizo de tres formas:

1. Gracias a que conozco a mis alumnos. Cuando llevamos unas semanas trabajando por rincones es bastante fácil recordar qué alumnos han estado en cada rincón. También en seguida sabemos qué alumnos tienden a repetir unos rincones u otros sin haber ido antes a todos.

2. Mediante los trabajos realizados. En ocasiones en algunos rincones se realizan actividades que dejan algún tipo de "producto". Revisando de qué alumnos tenemos ese trabajo y de cuáles no podemos controlar al asistencia a dicho rincón.

3. Mediante un cuadro de doble entrada, que en 3 y 4 años lo relleno yo y en 5 años ya lo rellenan ellos. Hasta ahora rellenaba yo en todos los cursos esta tabla que véis en la imagen.

Pero este año han empezado a rellenarla mis alumnos de 5 años y está yendo tan bien que quiero compartirlo con vosotros. Fabriqué la tabla que véis en la imagen, en la que hay una columna por rincón y una fila por cada niño. Los soportes de cada rincón en los que ponen los carnets tiene un color de fondo por lo que al hacer la tabla es muy importante que coloreéis la columna del rincón del mismo color. Como véis, el rincón de arte es de color rojo en ambos sitios. Es fundamental hacerlo así para que al anotar su asistencia no tengan que mirar la parte superior de la columna para ver en qué rincón se están tachando sino solamente seguir su fila hasta el color correspondiente. De esta forma se confunden muchísimo menos de columna, sobre todo los niños que están al final de la tabla.



Esta tabla está colocada justo al lado de los paneles para colocar los carnets al elegir rincón.

 

Cuando van a un rincón y terminan la actividad o juegan durante un tiempo aceptable (que ellos saben perfectamente cuando han tocado una sartén de juego simbólico y se han ido y cuando "han jugado de verdad") hacen una marca en la casilla correspondiente. A principio de curso se tachaban pero al borrar luego con alcohol las cruces se quedaba muy azul toda la tabla y tenía que gastar mucho alcohol y papel así que ahora ya simplemente hacen un puntito.


















Cuando acaba la semana borramos las marcas. La tabla yo la he hecho en cartulina y la he plastificado y para anotar usan un rotulador Edding permanente que después se borra muy fácilmente con alcohol. No os recomiendo que uséis rotuladores de pizarra blanca porque a pesar de usar alcohol, se queda la marca.

Las primeras semanas se olvidaban de anotarse por lo que en un ratito cada dia o cada dos días revisaba con ellos la tabla repasando a qué rincones habían ido y corrigiendo el registro si era necesario. Ahora ya se anotan muy bien la mayoría de los niños por lo que sólo de vez en cuando, cuando veo que algún niño ha ido a varios rincones pero no se ha anotado en ninguno, repaso con él a cuáles ha ido y los marca. Los jueves por la tarde o los viernes por la mañana suelo ver con ellos en la asamblea si les falta algún rincón para que vayan antes de que acabe la semana y por tanto las actividades programadas para ella. De esta forma les ayudamos a gestionarse su tiempo y su trabajo. Esto antes lo hacíamos "de memoria" ya que no usaba la tabla y también funcionaba bien porque en 5, llevando ya dos años trabajando por rincones, se hacen muy autónomos en la organización de las actividades de los rincones en el tiempo del que disponen para realizarlas. Ahora con la tabla es mucho más fácil llevar este control, tanto para ellos como para mi.

 Así contado os parecerá que todo esto lleva mucho trabajo y tiempo pero ya en 5 años se tarda poquísimo en revisar con ellos la tabla y estoy segura de que en unos meses casi no será necesario ni que la revisemos con detalle porque es sorprendente lo autónomos y responsables que se van haciendo.

Seguimos trabajando con regletas: equivalencias y sumas.

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Hace unos meses os conté cómo fueron mis comienzos con las regletas en la entrada Empezando a trabajar con regletas. Hemos seguido jugando con ellas aunque no tengo muy claro hacia donde nos dirigimos, qué aporta este material a mis alumnos una vez que pasen a Primaria. Como sabéis, las empecé a usar porque con el método que trabajamos, viene un proyecto llamado Pensar con las manos centrado en este material. A estas alturas de curso me pregunto si todo el tiempo que les estamos dedicando no habría sido más fructífero si hubiese estado invertido en otras actividades matemáticas. A medida que avanzamos en sus cuadernillos veo que la finalidad que desde este material se plantea es que hagan cálculos con rapidez. Pero,  ¿de qué les sirven estrategias de resolución estrechamente ligadas a un material tan concreto si no lo van a seguir usando en cursos superiores? 

A pesar de mis dudas hemos seguido trabajando y mis alumnos continúan pasándoselo genial cuando sacamos las regletas. Además (y por lo menos), nos han servido para ir flexibilizando su forma de pensar. Cuando comenzamos el curso tuve que invertir un enorme esfuerzo en que se saliesen de procedimientos mecánicos y empezasen a razonar, participando y disfrutando de la resolución de problemas o jugando al tangram sin "tirar la toalla" a los 2 minutos de comenzar. Hemos avanzado muchísimo en este aspecto y os iré contando (tengo tanto que compartir acumulado y tan poco tiempo este año para escribir...) con qué actividades. 

En cuanto a las regletas han contruído mucho, libremente y con modelos. De forma más dirigida hemos trabajado las equivalencias y las sumas con el mismo contexto con el que comenzamos: nuestra estación de autobuses.

1. EQUIVALENCIAS.  

Para trabajar las equivalencias se contruyen los típicos "muros" en los que se debe poner una regleta y encima o debajo todas las formas de tener el mismo número sin usar esa regleta. Es decir, la regleta verde claro sería el 3 y su muro contendría dicha regleta, una fila con tres blancas y otra con una regleta roja y una blanca.

Para dar sentido a la búsqueda de equivalencias "construímos" nuestra estación de autobuses en la alfombra. Esta vez cogí también dos teléfonos, uno lo usaría yo y otro algún niño-jefe de estación. Los alumnos iban sacando de la estación, uno a uno, los autobuses (cualquier regleta) llenos de pasajeros (regletas blancas). Como hemos jugado bastante con ellas, la mayoría de los niños recordaban cuántos pasajeros cabían en cada autobús por lo que este paso era rápido. Al mover por la carretera dibujada en el suelo el vehículo con los pasajeros encima (regletas blancas) había siempre un momento en el que algún pasajero se caía. En ese momento simulábamos que se había estropeado el autobús.


Yo cogía el teléfono y llamaba a la estación (con mucho teatro porque les encanta que les llame por teléfono). Un niño lo cogía y le contaba que se nos había estropeado un autobús amarillo (por ejemplo) y que tenía que mandarme autobuses, coches (regletas rojas) o motos (regletas blancas) para colocar a los mismos pasajeros pero, eso sí, no podía volver a venir un autobús amarillo.


El niño que había recibido la llamada mandaba una combinación de regletas cuyo número total fuese el mismo que la regleta inicial (amarillo en este caso). Montábamos a los pasajeros para comprobar que efectivamente era una combinación de regletas-autobuses válida. Y después, entre todos pensábamos de qué otras maneras también podríamos montar a ese número de pasajeros, es decir, continuabamos el muro de regletas equivalentes a la inicial.


Cuando terminábamos, otro niño sacaba otro autobús de la estación y repetíamos el proceso.

2. SUMAS.

Con las sumas de regletas lo que buscamos es saber qué número obtenemos al juntar varias regletas.En nuestro contexto, queremos saber cuántos pasajeros caben en varios autobuses juntos.

Pintamos la estación y ¡comienza la función!. Llamaba por teléfono a un niño-jefe de estación y le decía que acaba de llegar un tren lleno de pasajeros de algún lugar lejano y que estaban todos en nuestra estación esperando autobuses para irse a visitar muchos sitios de España. Como son muchos íbamos a tener que mandar varios autobuses al mismo destino.



Otro niño sacaba dos autobuses que elegía y les preguntaba cuántos pasajeros creen que cabrían entre los dos. La primera vez la mitad más o menos de los niños hicieron estimaciones y la otra mitad sumaron los números correspondientes a las dos regletas. Al colocar los pasajeros comprobaron que habían acertado los que habían sumado. Fuimos sacando autobuses, coches y motos y comprobando el total de pasajeros que cabrían. Al final de la primera sesíón sacamos también tres vehículos pero como era la primera vez que hacíamos sumas de tres sumandos solo juntábamos autobuses-regletas menores de 5 cada una.

 


Hemos pasado unos ratos muy divertidos haciendo cálculos mientras jugábamos. Después, traspasar todo esto a las fichas del cuadernillo no fue tan fácil ni agradable. A pesar de tener muchas dudas acerca del material, por estos tiempos de juego, concentración y cálculo, me apetece compartir nuestro trabajo y daros las ideas por si estáis usando Pensar con las manos o las regletas por vuestra cuenta.

Criterios para elegir Escuela Infantil

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Varias amigas con hijos pequeños me han preguntado qué criterios seguir a la hora de elegir Escuela Infantil. Como es época de puertas abiertas y matriculación voy a compartir con vosotros la respuesta que les he dado (y que obviamente se corresponde con las pautas que guiaron mi elección para Pablo) por si puede ayudar a alguien más. 

Ante todo es una decisión personal que tiene que tomar cada uno según la confianza que nos trasmita un sitio u otro. Esa confianza que vamos a depositar en la institución y los profesionales que trabajan en ella se la trasmitiremos a nuestros hijos y será la única forma de que estén a gusto y aprendan. Es importante ir a ver la escuela y conocer a la gente que trabaja allí para ver si nos inspira confianza. Yo recomiendo hacerlo en los meses anteriores a matricular al niño y no con mucha más antelación ya que la plantilla y aspectos del funcionamiento pueden cambiar.
Dicho esto, los criterios que en mi opinión deben guiar la elección de una Escuela Infantil u otra son:
1. CERCANÍA.
Es bueno no tener que dejar más horas de las necesarias a un niño tan pequeño en la escuela (y esto es extensible a 3-6), por lo que para mí es importante que esté cerca de casa, cerca del trabajo o de camino al trabajo. Si los abuelos se van a encargar de llevarle, recogerle e ir a por él si está malo, podría estar bien que estuviese cerca de ellos. Lo importante es que no esté en tierra de nadie y perdamos mucho tiempo en desplazamientos en lugar de disfrutarlo con nuestro hijo/a.
2. PÚBLICA.
Como trabajadora de la enseñanza pública no me planteo ninguna otra opción. Además, para mi es bastante más seguro llevar a mi hijo a una escuela infantil pública porque tengo la garantía de que hay más control sobre los trabajadores (en algunas se accede por una oposición y la mayoría de los profesionales son maestros), controles sanitarios, de comidas, de instalaciones y sobre todo, de la ratio.  Por otro lado a mi me da mucha seguridad el hecho de que las instituciones educativas públicas no tengan ánimo de lucro, es decir, todo el dinero del que dispone la escuela es para el mantenimiento y material. Una escuela privada es una empresa que debe ser rentable (y el  dueño debe ganar lo que considere oportuno) lo que no significa que vayan a ser más caras (de hecho suelen ser más baratas) pero sí pueden "ahorrar" en materiales o comida. Esto no es siempre así y hay privadas muy buenas pero a la hora de elegir, como las mejores que conozco, son públicas, para mi es un punto a favor.
Cada vez hay más Escuelas Infantiles públicas de gestión indirecta, es decir, que las gestiona una empresa. En este caso, yo preguntaría qué empresa es y visitaría su página web o leeria la información que haya disponible sobre ella en internet.
En caso de elegir una escuela infantil privada, recomiendo encarecidamente evitar aquellas en las que pone en la puerta "guardería" salvo que lo que estemos buscando sea un espacio "asistencial" más que educativo (sobre este tema ya escribí una entrada anterior: ¿Guardería o Escuela Infantil?).
3. QUE NO USEN LIBROS DE TEXTO.
Ninguno de los logros que debe conseguir un niño entre los 0 y los 3 años se consiguen con libros de texto. Es costosísimo hacer fichas y libros con niños de esas edades y supone un enorme desgaste de tiempo y esfuerzo por parte de la maestra. Tiempo que no se está dedicando a que los niños exploren objetos, se muevan, interaccionen con otros, hablen, escuchen cuentos, se miren al espejo, trabajen hábitos de aseo, comida, etc. Se usan por comodidad de los maestros y para satisfacer a los padres. En mi opinión deberían quedar descartadas las escuelas que empleen libros de texto en niños menores de 3 años. 

4. QUE TENGA PATIO EXTERIOR.
Los niños pasan en las escuelas muchas horas al día y es muy bueno que puedan salir al aire libre un ratito y siempre a un espacio adaptado, agradable, limpio y lo más natural posible. El patio es también un espacio educativo y los alumnos aprenden mucho en contacto con la tierra, las plantas si las hay y jugando a cosas distintas a las de interior. En Alcorcón aún hay escuelas infantiles y guarderías privadas que están en bajos de pisos sin patio. 
Sobre este espacio, para mí es importante que esté ordenado y limpio. Cuando miraba escuelas para Pablo pasé varios días por delante de una que tenía los juguetes del patio tirados por la arena, expuestos al sol y a la lluvia, y por tanto, bastante deteriorados. A mi eso me trasmite dejadez (aparte de que no se ha enseñado a los niños a recoger los juguetes antes de volver al aula).
5. QUE PODAMOS VER LOS MENÚS Y TENGA COCINA.
Con la crisis sucedió que, al subir tasas, el precio de las escuelas públicas se incrementó (iguial que las escuelas de idiomas, las universidades, etc.) con lo que, a poco que las privadas fuesen algo baratas o bajasen el precio, resultaban económicamente más ventajosas para muchas familias (además, hay un "cheque guardería" con el que el gobierno quiere fomentar la enseñanza privada dando 100 euros a las familias que lleven a sus hijos a ellas). En las escuelas públicas el menú tiene un precio fijo mientras que, algunas de las privadas que bajaron el precio para aprovecharse de la situación, lo hicieron a costa de la comida (por ejemplo, ponen pescado pero ¿qué tipo de pescado?). 

Un punto a favor es que tenga cocina en el centro y no sea un catering, lo que garantiza comida recién hecha. En caso de que sea catering, hay que preguntar cómo funciona ya que pueden llevarles cada día la comida o dejarles el lunes la comida de toda la semana.
6. VER LA ESCUELA, tanto el recibidor como las clases y espacios que van a usar los niños.

Y aquí para mi es importante:
- Que en las paredes haya decoración cambiante y que participen los alumnos y familias en ella. Los niños de 1 a 3 años pueden pintar con las manos, con los pies, con pajitas, con pinceles.... A mí que esté llena de posters de revistas o editoriales no me gusta porque con los niños y la colaboración de las familias se pueden hacer muchas cosas interesantes.
- Que haya un ambiente que incluya a las familias: que podamos ver fotos, productos de actividades hechas con familias, carteles informativos para ellos, etc.
- Que haya luz natural.
- Que esté limpia: que no haya basura en el patio, que si tienen colchonetas o cojines estén limpios,etc.
- Que no estén todos los niños sentados en sillas puesto que no es la postura natural de un niño de 0 a 3 años. A esas edades tienen que gatear, jugar en el suelo, explorar, etc. Pueden estar sentados comiendo, merendando o esperando para ponerse los abrigos para irse a casa, por ejemplo, pero si no son estos momentos yo preguntaría "¿qué están haciendo ahora?".


7. No es criterio de exclusión pero yo preguntaría DÓNDE VAMOS A DEJAR Y RECOGER A LOS NIÑOS, si en una puerta exterior, en su clase o en un recibidor.

Para mi la mejor opción es que se les deje y se les recoja en su clase, sobre todo hasta los 2-3 años. No tiene por qué ser necesariamente peor dejarles en otro espacio pero, sea como sea, es importante que nos dé la impresión de que la acogida y despedida va a ser afectuosa. El vínculo afectivo con la escuela que creemos nosotros y el niño es muy importante para su adaptación y aprendizaje. La escuela nos debe trasmitir que dan importancia a ese vínculo y que será posible crearlo.
8. QUE NO SE ENSEÑE CHINO.

Hace tiempo pasé por delante de una escuela que tenía un cartel en la valla que ponía que daban Inglés y Chino. A un niño de 0 a 3 años le sobra totalmente esta enseñanza por la misma razón que los libros de texto. La enseñanza de estos idiomas supone tiempo que el niño no está dedicando a conseguir los objetivos propios de la edad. Evitar el inglés hoy en día es imposible pero al menos que no sobrecarguen el horario con más especialistas. Por supuesto, es distinto si la escuela es de inmersión en un idioma, en cuyo caso se entiende que la maestra que está con los niños durante toda la jornada, y con la que establecen el vínculo, es nativa en la lengua de inmersión.

Por último, pinchando aquí os podeís descargar una tabla para rellenala con los datos de las escuelas que visitéis. Está hecha para las escuelas de Alcorcón pero podéis borrarlas y adaptarla a las que vayáis.

Problemas de asamblea I: qué son y cómo los hacemos.

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Me parece importante trabajar el cálculo mental y la resolución de problemas en infantil así que un día empecé a plantear oralmente problemas muy sencillos en la asamblea. Cuando tuve por primera vez alumnos de 5 años me di cuenta de que cuando se introducían la suma y la resta y las empezaban a resolver por escrito, dejaban de escuchar la situación problemática que planteaba el enunciado del problema y nada más acabar de decírselo preguntaban directamente "¿Es de sumar o de restar?". Y si los problemas eran "típicos" y repetitivos se fijaban en alguna palabra "clave" como "coger", "juntar", "comprar", etc. para sumar; y "dar", "comer", "gastar", etc. para restar. Esto les ayudaba a resolver el problema si la incógnita era la cantidad final pero le hacía fallar si se preguntaba por la cantidad inicial o de cambio. Por ejemplo, en un problema como  En la bolsita que ha traído Inés para desayunar hay algunas galletas. Se come 2 y después le quedan 6. ¿Cuántas galletas había al principio en la bolsa? era frecuente que obtuviesen 4, ya que restaban los datos al escuchar "comer". Si decidían sumarlos (porque es la otra operación "que hemos dado") acertaban de casualidad pero fallaban si al día siguiente el problema era En la bolsita que ha traído Inés para desayunar hay 8 galletas. Se come algunas y al final le quedan 6. ¿Cuántas se ha comido? . Algunos niños nos diránque se ha comido 14 sin pararse a pensar que es imposible que se coma tantas si solo había 8.Por supuesto, si el problema planteado era de multiplicación o división, con este tipo de estrategias el fracaso estaba asegurado. Si por ejemplo planteamos En el equipo verde hay 4 niños. Mario reparte el día de su cumpleaños 2 galletas para cada niño. ¿Cuántas galletas necesita para todo el equipo verde? los resultados que dan inicialmente con más frecuencia son 6 y 2.

A mi me da mucha rabia que desde tan pequeños empiecen a desenvolverse en la escuela sólo repitiendo mecánicamente los contenidos que aprenden. Justo en Educación Infantil su mente se está formando y vienen con una capacidad enorme de resolver todo tipo de situaciones de manera muy creativa. ¿Qué hacemos para qué pierdan este "superpoder"? Al menos podemos conseguir que vuelvan a ganarlo.

Una de las formas que a mi me ha funcionado es seguir trabajando con los problemas para que "vivan" la situación planteada y se olviden de las operaciones que, en otros momentos, hacemos de forma más mecánica. En otras entradas os he contado en qué consiste el taller de problemas que este año, por la organización de mi centro, no estoy pudiendo llevar a cabo pero que es súper recomendable (en el enlace podéis leer la primera entrada sobre él y buscar las demás en el buscador de la derecha). Y en esta entrada os voy a contar en qué consisten los problemas de asamblea y cómo los hago yo en mi clase. En la siguiente entrada os contaré los tipos de problemas que existen y cuáles suelo hacer con mis alumnos.

Los problemas de asamblea son problemas sencillos, normalmente con cantidades hasta 10, que yo enuncio verbalmente en la asamblea y los alumnos deben resolver mentalmente o con ayuda de los dedos o algún material accesible desde el espacio en el que hacemos la asamblea (normalmente usan la recta numérica, el calendario o el panel de los equipos). 

Yo empiezo a hacer los problemas en 3 años de forma más esporádica y con enunciados ligados al contexto del aula o la familia y seguimos en 4 y 5 haciéndolos de forma cada vez más sistemática y a veces con enunciados que plantean situaciones más lejanas a su entorno (en muchas ocasiones, relacionados con cuentos que conocen bien). En 5 años el problema es una tarea más del encargado y, por tanto, realizamos uno cada día.

El procedimiento es muy similar en los tres niveles: yo enuncio el problema, ellos lo resuelven y dicen la solución cuando creen saberla. Desde la mitad de curso de 4 años y en 5 años deben decir la solución moviendo los labios para que el resto de niños pueda seguir pensando. El encargado puede decírmelo al oído cuando lo sepa. Yo les digo "muy bien" o "sigue pensando". Cuando varios niños han dado una solución correcta, algún alumno la dice en alto y varios niños de los que han obtenido la misma respuesta explican a todos cómo lo han hecho. Después, los niños que han resuelto bien el problema se "autolanzan" besos. Aunque valoremos a los alumnos que dan un resultado correcto es muy importante para que la propuesta tenga éxito y los niños "se enganchen"reforzar muy postivamente a aquellos alumnos que han estado pensando en el problema, que han estado "metidos" en la actividad durante el tiempo de resolución.

¿Y qué sucede cuando empezamos a plantear problemas en la asamblea? Que los niños nos miran alucinados y la gran mayoría no sabe qué decir. Es posible que alguno dé la solución correcta pero si le preguntamos cómo lo ha hecho es probable que responda "pensando". "Muy bien, ¿y qué has pensado", les digo yo. Y como mucho, nos repetirá la solución o se inventará algo con los dedos si ya sabe usarlos. 

Yo este curso tengo alumnos de 5 años y he introducido problemas de asamblea por primera vez ya que el curso pasado casi no estuve con ellos. En 3 años hice bastantes pero si no hay una continuidad, en 5 años es como empezar desde el principio.  Los comienzos fueron algo desesperantes. Las primeras semanas ni pensaban en el problema. Me miraban y no sabían qué hacer, cómo resolverlo, qué esperaba de ellos, qué se les pedía... Pasado el primer mes la mitad de la clase pensaba en el problema después de enunciarlo pero aún aparecían muchas soluciones imposibles. Para superar este inconveniente, en algunos problemas utilizamos materiales para representar físicamente la situación y así ver qué rango de resultados serían posibles y cuáles no. En la imagen podéis ver cómo representamos a principio de curso el problema Juan y su madre se quieren repartir 5 monedas para ir a comprar. ¿Cuántas monedas puede llevar cada uno?

Durante el primer trimestre estuvimos haciendo solo 3 problemas a la semana en días distintos ya que no quería que les pareciese algo muy difícil o rutinario, sino un juego más que haríamos algunos días dentro de nuestras rutinas de la asamblea. Al comenzar el segundo trimestre las mejoras fueron enormes: casi todos los alumnos participaban pensando el problema, pocos alumnos daba soluciones imposibles y aproximadamente la mitad solían dar el resultado correcto (esto depende un poco de la dificultad del problema).

A medida que se han ido "enganchando" a los problemas y disfrutando con ellos, ha ido cobrando especial importancia la puesta en común de los procedimientos empleados por los niños que dan un resultado correcto. Como los alumnos se han ido motivando prestan mucha atención a este momento ya que, si han fallado, quieren mejorar la próxima vez. Esto ha hecho que en este momento del curso casi todos los alumnos solucionen de forma correcta los problemas.

Los procedimientos que suelen emplear los niños son:

1. Usar los dedos. Había alumnos que a principio de curso tenían muchas dificultades para poner un número con los dedos, bien por problemas de conteo o porque no se organizaban con sus propias manos y se liaban al tener que usar las dos y a la vez contar cuántos tenían. Los problemas de asamblea les han ayudado muchísimo y esto ha favorecido que mejoren también en la resolución de operaciones de suma y resta.


2. Usar la recta numérica. Ahora ya la usan menos pero a principio de curso era frecuente que marcasen en ella un dato del problema y "operasen" con el otro para dar la solución. Usaban la recta como si los números fueran elementos sueltos que pudiesen poner y quitar.


3. Del mismo modo que la recta numérica usaban a veces el calendario.


4. Estos dos procedimientos ya casi no los usan pero ha aparecido con más frecuencia la resolución mental. Los problemas de asamblea han ayudado mucho a los niños a automatizar la descomposición de los números hasta el 10 y eso hace que sean muy ágiles dando soluciones a los problemas de adición o sustracción aunque la incógnita no sea la cantidad final de elementos.

En la próxima entrada os contaré qué tipos de problemas hay y cuáles suelo hacer yo en cada nivel aunque, como pasa con muchas cosas de las que enseñamos, una vez que empecéis vuestros propios alumnos os van a guiar en lo que podéis plantearles.

Problemas de asamblea II: tipos de problemas.

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Continuando con la entrada anterior (Problemas de asamblea I: qué son y cómo los hacemos) voy a compartir los tipos de problemas que yo hago en la asamblea. Primero os voy a contar brevemente cómo se pueden clasificar los problemas desde el punto de vista matemático y después los distintos tipos que yo hago según el contexto del enunciado del problema.


"Matemáticamente" los problemas pueden ser:
1. De cambio creciente: Pablo tiene 5 galletas para desayunar. Inés le da 2 galletas más. ¿Cuántas galletas tiene Pablo ahora?.
2. De cambio decreciente: Pablo tiene 5 galletas en su bolsa de desayuno. Da 3 a Inés. ¿Cuántas galletas le quedan a Pablo?
En estos dos tipos de problemas la incógnita puede ser la cantidad final (como en los ejemplos), la cantidad inicial o la cantidad de cambio (lo que se pone o se quita).
3. De combinación: El equipo rojo tiene 4 lápices amarillos y 2 negros. ¿Cuántos lápices tiene el equipo rojo? En este ejemplo la incógnita es el total pero podría ser una de las partes (El equipo rojo tiene 6 lápices. Cuatro de ellas son amarillos y el resto son negros¿Cuántos lápices negros tiene el quipo rojo?).
En 3 años yo hago casi exclusivamente estos tres tipos de problemas y suelo poner la incógnita en la cantidad final o total.
4. De descomposición aditiva. A mi estos problemas me encantan y los hago muchísimo. En primer lugar, para que vean que en un problema también puede haber varias soluciones; y en segundo lugar, porque es importante que los niños automaticen las descomposiciones de los números hasta el 10. Un ejemplo podría ser: Junto al árbol había rosas y margaritas, 5 en total. ¿Cuántas rosas crees que había?¿Cuántas margaritas?



5. De comparación: Aris ha mandado a nuestra clase 2 fotos de los transportes. A la clase de Isabel ha mandado 5 fotos. ¿Cuántas fotos tienen los niños de la clase de Isabel más que nosotros? En el ejemplo la incógnita es la diferencia pero podría ser la cantidad comparada o la de referencia (las fotos que ha mandado a la calse de Isabel o a la nuestra sabiendo que la diferencia es 3). Por mi experiencia, cuando la incógnita está en estas dos últimas cantidades, a los niños les suele costar bastante resolverlos.
6. De multiplicación: Para hacer limonada vamos a partir cada limón en 2 mitades. Si tenemos 4 limones, ¿cuántas mitades tendremos cuando los parta?. Yo este tipo de problemas sólo los hago con la incógnita en el producto, como en el ejemplo. También podría ser uno de los factores pero entonces serían mucho más difíciles de resolver sólo con los dedos o mentalmente.


7. De división. Nos han llegado ya los rotuladores para la pizarra blanca. En total hay 8. Hay algunos de color  rojo, otros azules, otros verdes y otros rojos. ¿Cuántos hay de cada color si de todos los colores hay los mismos? Igual que en los problemas de multiplicación, en los de división yo sólo hago aquellos que tengan la incógnita en el cociente.

Existe algún subtipo más pero para resolver en la asamblea con niños de 3 a 6 años con estos tenemos más que suficiente.

Como habéis visto, los enunciados que he puesto de ejemplo son bastante sencillos, sobre todo los de cambio creciente y decreciente. Especialmente en estos dos tipos es importante cambiar el vocabulario ya que, precisamente uno de los objetivos de hacer problemas cada día en la asamblea, es que los niños aprendan a escuchar la situación que se plantea y no a resolver los problemas mecánicamente según si oyen "juntar" o "quitar". Por la misma razón, y sobre todo en 5 años es fundamental ir cambiando las incógnitas dentro de cada tipo de problema. De esta forma se acostumbran a pensar si un resultado es posible o no. Por ejemplo, si el problema es Marcos ha dado a María 4 galletas por su cumpleaños. María se ha comido algunas y al final le queda una. ¿Cuántas galletas se ha comido?, si los niños están acostumbrados a dar una cantidad total final, podría pasar que, sin pensar, sumasen y dijesen 5. Para mi es muy importante en los problemas de asamblea trabajar las soluciones posibles y las que no lo son. En este caso, si varios niños me dicen 5, pararía un momento para analizar con todos que si sólo tiene 4 galletas, no puede comerse 5 y comentar juntos qué soluciones serían posibles en este problema.
Dicho esto, ¿en qué me baso yo para elegir el texto de los problemas? Según la contextualización del problema, yo los clasifico en problemas:
1.  De los niños y su entorno más próximo. Estos, junto con los siguientes, son los que más hago en 3 años y un ejemplo sería: ¿Cuántos ojos tienen María? Si María tiene 2 ojos, ¿cuántos ojos tienen María y Laura juntas?. 
2. De la clase. Son problemas contextualizados en situaciones cotidianas del aula o materiales que tenemos en ella. En los ejemplos de los tipos de la clasificación anterior he puesto algunos con las galletas que traen para desayunar. Podemos conextualizarlos también en celebraciones de cumpleaños, con los miembros de los equipos, etc. Dos ejemplos que yo hago mucho en 3 y 4 años serían: El equipo verde tiene 5 niños. Si hoy están malitos 2 niños y no han venido. ¿Cuántos niños va a haber en el equipo verde? y El equipo azul tiene 5 niños. Álvaro reparte en su cumple una galleta a cada niño del equipo. ¿Cuántas repartirá a todo el equipo azul?
3. Situaciones problemáticas reales que surjan. Estos son los mejores porque son los que tienen más sentido pero claro, no hay un problema real en el aula cada día. En los ejemplos de los problemas de multiplicación y división he puesto dos ejemplos reales que surgieron el día que hicimos limonada (os lo conté en esta entrada) y queríamos saber cuántos niños iban a salir a exprimir limones (un niño exprimía cada mitad) y el día que nos llegaron los rotuladores de pizarra blanca y teníamos que distribuirlos.
4. De cuentos. En el taller de problemas es importante que todos los problemas estén contextualizados en cuentos cuya historia e ilustraciones los niños conocen bien. Para los problemas de asamblea no es imprescindible pero también mejora las estrategias de resolución y sobre todo, la participación. Desde que nació ¡A contar! hago muchos más problemas de este tipo. Leo a los niños el mismo cuento varias veces durante un mes (para que conozcan bien la historia y las ilustraciones en las que después se basarán los problemas) y en la guía de profesor vienen un montón de problemas de los distintos tipos contextualizados en cada cuento. Sin embargo, aunque no uséis ¡A contar!, teniendo los distintos tipos de problemas que matemáticamente se pueden plantear, sólo tenéis que elegir un cuento que os guste contar en vuestra clase e inventaros problemas, a ser posible, relacionados con algo que aparezca en la historia o en las imágenes. Un  ejemplo de este tipo es el que puse en la clasificación anterior para la descomposición aditiva, y está basado en el cuento Wei y el pájaro de fuego.


Antes de terminar, recomendaros un libro muy fácil de leer en el que podéis encontrar la clasificación "matemática" de los tipos de problemas y estrategias de resolución que emplean los niños para resolverlos. Os puede ser también útil si estáis pensando comenzar un taller de problemas, tanto en infantil como en primaria. Se llama Las matemáticas que hacen los niñosy lo podéis descargar gratuitamente pinchando aquí. Tiene 8 capítulos muy interesantes pero de cara a los problemas de asamblea os pueden ser útiles sobre todo los 4 primeros.

Y como os dije en la entrada anterior, dejaos guiar por vuestros alumnos. Cuando comencéis a plantearles problemas ellos mismos os irán guiando en la dificultad que necesitan, en el modo de hacerlos, en los contextos más adecuados para los enunciados.

Gráficos de barras: ¿Qué cuentos nos han gustado más?

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En la entrada ¿Qué cuento has leído? El registro del préstamo de aula (podéis leerla pinchando en el nombre o aquí) os contaba cómo registran mis alumnos de 4 y 5 años el cuento que han leído el fin de semana. En las hojas de registro, además de apuntar su nombre en el libro correspondiente, pegaban una pegatina verde, si les había gustado mucho; amarilla, si sólo les había gustado un poco; o roja, si no les había gustado nada. Hasta ahora, quedaba ahí la actividad. Este curso yo quería que, después de que todos los libros pasasen por todos los niños, diésemos un sentido grupal a ese registro que habíamos ido haciendo y entre todos viésemos qué cuentos nos habían gustado más y cuáles menos.


Se me ocurrió representar los datos en gráficos de barras, que es una forma de recoger información y visualizarla muy adecuada para Infantil y con la que mis alumnos ya están familiarizados. A mi me encanta representar así datos variados que recogemos en distintos momentos. Además, quería trabajar el conteo de cantidades mayores que 10 y sumas y restas sencillas hasta el 20. 

Preparé la ficha que véis. Para no imprimir a color, la hice y fotocopié sin los rectángulos y luego puse los colores de la parte inferior pegando gomets rectangulares. Podéis descargar pinchando aquí los dos modelos.
https://drive.google.com/folderview?id=0B2KNowNDUsorbDBpbmpka3loVHM&usp=sharing
Cada niño elegía de qué cuento quería ser el secretario y cogía una hoja para el gráfico y la hoja en la que se habían registrado los niños que habían ido leyendo ese cuento. Escribía su nombre y el título del cuento que había elegido. Después contaba cuántos niños habían pegado pegatina de cada color y coloreaba tantos cuadraditos como niños habían plasmado que el cuento les había gustado mucho, poco o nada. También debían escribir el número de niños correspondiente para cada color.

Algunos niños, al valorar los cuentos habían pegado varias pegatinas al lado de su nombre. Insistí en que el secretario sólo contase una pegatina por niño, ya que al final íbamos a ver qué cuentos habían gustado mucho, poco o nada a más niños y si a un niño se le contaban varias pegatinas íbamos a obtener datos distorsionados. Lo hicieron genial.

Para colorear las barras del gráfico, mis alumnos emplearon dos estrategias:
1. Contaban todas las pegatinas de un mismo color y después contaban los rectángulos de la barra que debían colorear, haciendo una pequeña marca en cada rectángulo. A continuación coloreaban ya todos seguidos los rectángulos que tenían marca.



2. Contaban todas las pegatinas del mismo color y buscaban el número en la barra de la izquierda. Marcaban una línea en dicho número y luego coloreaban hasta ahí todo seguido. Esta estrategia la usaban solo para la columna verde, la que estaba al lado de la recta numérica. Para la roja y amarillo, como solían tener que colorear entre 1 y 5 rectángulos, empleaban la estrategia 1.

Una vez que todos los secretarios habían recogido los datos de su cuento, durante varios días iban presentándolos al resto de la clase. Cada secretario nos leía el título del cuento sobre el que había trabajado y nos decía a cuantos niños les había gustado mucho, poco o nada. Después yo les preguntaba cuántos niños en total habían leído el cuento (si un niño faltaba el viernes el cuento que le tocaba no se lo llevaba) y cuántos faltaban por leerlo. 


Para saber cuántos niños en total habían leído el cuento tenían que sumar las tres cantidades representadas. Esto lo hacían de tres formas:
1. Contando todos los rectángulos coloreados.
2. Mirando a qué número llegaba la barra de los verdes y después contando desde ese número los rectángulos amarillos y rojos (por ejemplo, si había 15 verdes, 2 amarillos y 2 rojos; contaban: 16, 17, 18 y 19). Esta era la estrategia que más me interesaba que usasen, ya que es la más útil para contar cantidades grandes. Cuando el primer niño que empleó la estrategia 1 cometió errores de conteo, yo les expliqué que también podían contar de esta forma para confundirse menos. Luego algunos niños (algo menos de la mitad de la clase) la usaron y yo les reforcé mucho dicho procedimiento.
3. La tercera forma era igual que la 2 pero contando mentalmente, sin necesidad de poner el dedo en los rectángulos.

Despues de obtener el total de niños que habían votado les preguntaba "¿Cuántos faltan por votar?"y debían contar desde el número total que habían obtenido antes hasta el 20, que es la cantidad de niños de mi grupo. Esto lo solían hacer mentalmente o con los dedos (la mayoría de los alumnos).

Cada vez que un secretario presentaba su cuento pegabamos el gráfico en la zona de asamblea para que estuviesen los datos a la vista y los niños pudiesen contar los datos en otros momentos y comparar las gráficas. Tardamos varios días en que todos los secretarios presentasen sus cuentos pero una vez que tuvimos todos, buscamos entre todos los cuentos que más nos habían gustado y los que menos.
 

Además del componente de valoración y representación de las preferencias de grupo, resulto una actividad matemáticamente muy interesante. Yo como maestra disfruté muchísimo porque aprovechamos una propuesta cuya primera parte buscaba favorecer el aprendizaje de la lectura, para trabajar contenidos lógico-matemáticos que a veces es difícil abordar de forma funcional.  Los niños estuvieron muy concentrados tanto haciendo de secretarios como participando de los cálculos que implicaban las presentaciones de sus compañeros. 

Mapas del tesoro

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La semana pasada nos lo pasamos tan bien con un juego que ha resultado ser tan interesante que tenía muchísimas ganas de compartirlo en el blog. ¡Hemos escondido y buscado tesoros con mapas! Al comienzo del curso de 4 años quería trabajar la orientación en el espacio y un día, casi como una prueba, les escondí un regalito a cada equipo, hice un mapa del aula y a cada grupo le marqué una X en el lugar donde estaba su tesoro. Les costó ubicarse en el mapa: orientarlo e identificar los elementos del aula vistos desde arriba. Les tuve que marcar con colores las mesas de los equipos y, en general, proporcionarles bastante ayuda. Una vez que cada equipo encontró su tesoro, les pedí dibujar el mapa pero todos dibujaron solo el lugar en el que estaba el tesoro (por ejemplo, entre dos archivadores). Como mucho, algunos niños "enmarcaban" el objeto que había albergado su regalo en un rectángulo grande que representaba el aula.


 

Este año quería repetir la actividad con más calma para poder trabajar con un poco más de profundidad la orientación en un plano sencillo, la identificación de los elementos que aparecen y después la representación de los objetos del aula en un plano. Estos contenidos se trabajan muy poco en infantil y a mi me parecen importantes en un momento en el que estamos introduciendo muchos conceptos espaciales y la posición de los objetos entre sí y respecto a nuestra situación. Por otro lado, estoy realizando todas las actividades que puedo de ¡A contar! y en nuestro proyecto proponemos búsqueda de tesoros en 4 y 5 años. Además, es una actividad divertidísima para los niños y muy motivadora también para los maestros.

Durante las tres primeras sesiones de la tarde realizamos las tres partes básicas de la actividad. Las contextualizamos en el cuento La caza del Snark, una adaptación maravillosa del poema de Lewis Carroll. En el cuento aparece un mapa en blanco así que... ¡vamos a buscar tesoros pero con un mapa "de verdad"! El mapa del aula lo realicé yo a mano previamente e hice varias copias en las que luego iría marcando X en rojo para determinar la posición del tesoro.

PRIMERA SESIÓN: 

Escondí 4 tesoros que consistían en paquetitos con letras de imán. Nos situamos todos en la zona de la asamblea y por turnos, fui entregando a cada grupo de niños de los 4 en los que tengo dividido el grupo-clase, un mapa del aula con la cruz determinando el escondite de su tesoro. Cuando hacemos esta actividad si salen corriendo a buscar el tesoro hay niños que apenas participan y si los más rápidos del grupo encuentran rápido el tesoro, el resto no se entera de lo que sucede y la actividad no sirve para mucho. Así que cuando entregaba un mapa, el equipo lo colocaba en la pizarra, se sentaban en la zona más cercana a ella y lo observaban. Después iban diciendo dónde creían que podía estar el tesoro. Me sorprendió que casi no hizo falta ayudarles a identificar los elementos representados en el plano.


Una vez que la mayoría de los niños del equipo tenía claro donde buscar, salían con el mapa a por su tesoro. En las imágenes véis los del equipo rojo (escondido en la pizarra) y azul (entre los archivadores)


Cuando todos los equipos lo encontraron les pedí que dibujaran el sitio en el que estaba su tesoro. Sólo dos alumnos dibujaron el plano del aula y marcaron en él la cruz. El resto dibujaron con detalle la pizarra, la mesa de un niño, la cocinita o los archivadores, que eran los 4 escondites que yo había elegido. En las fotos véis los dibujos de un niño del equipo rojo y otro del azul.
 

SEGUNDA SESIÓN:

Al día siguiente les conté que íbamos a volver a jugar igual pero que esta vez iban a tener que dibujar el mapa entero y marcar en él el escondite de su tesoro por lo que debían fijarse bien en todos los elementos del mapa que yo les iba a dar.

Jugamos del mismo modo y cuando todos los equipos encontraron su tesoro (esta vez fueron galletas), dibujaron el mapa marcando dónde estaba escondido.
















Me sorpendió que en casi todos los mapas de los niños se podían identificar las mesas y sillas, la alfombra, la cocinita, mi mesa, las estanterías, las perchas... Y estaban sorprendentemente bien situados unos elementos respecto a otros. Sólo 5 ó 6 niños se confundieron a la hora de ubicar elementos importantes. De los que se equivocaron, el error más frecuente fué cambiar de lado la alfombra o las mesas (colocarlas a la derecha en lugar de a la izquierda de un eje imaginario que dividiría la clase por la mitad).
 

Después dejé a cada niño un mapa como el que había usado para buscar el tesoro y les dije que podían compararlos y añadir los detalles que hubiesen olvidado o cambiar todo lo que creyesen que no estaba bien colocado. Se lo coloqué en la mesa orientado igual que el que estaban haciendo ellos. En este momento les expliqué que al día siguiente iban a ser ellos los que, con su equipo, escondiesen un tesoro a otro equipo y les tendrían que hacer un mapa por lo que era importante practicar para que otros niños lo encontrasen.


TERCERA SESIÓN:

En esta ocasión los niños se situaron en las mesas con sus equipos habituales. Cada equipo debía elegir un escondite para su tesoro, después entre todos harían un mapa y marcarían la X. Finalmente esconderían el tesoro y entregarían el mapa a otro equipo para que lo buscase. La verdad es que hemos trabajado muy poco en equipos de forma cooperativa en algo que implicase toma de decisiones y reparto de tareas y me ha encantado como ha resultado la experiencia. Creo que han aprendido mucho así que sin duda repetiremos esta última fase del juego.

En primer lugar, debían elegir el escondite entre todos y sin que lo oyesen o viesen los demás equipos (por lo que enseguida intuyeron que no era adecuado gritar ni señalar de forma llamativa). Les dije que cuando tuvisen decidido el escondite me llamasen para evitar escondites "que no valían" o repetidos. En algunos equipos me llamaba el miembro más "lider" y me decía dónde quería él esconderlo pero no habían llegado a ese acuerdo en el equipo por lo que tenía que mediar ayudándoles a exponer al resto sus propuestas y tomar una decisión mediante el voto o el diálogo.


Cuando ya teníamos los escondites cada equipo tenía que hacer un solo mapa. Les dije que debían organizarse y decidir, por ejemplo, si cada uno iba a dibujar una parte o si algunos dibujaban y otros iban diciendo los elementos que faltaban. Esta parte también fue muy interesante. En algunos equipos se iban rotando el plano y cada uno añadia alguna cosa.


En otro equipo decidieron que dibujarían por parejas pero en cuanto empezaron a pintar dos niños a la vez se dieron cuenta de que se chocaban todo el rato y era mejor turnarse.


Y otros equipos decidieron que 2 ó 3 niños se encargasen de dibujar y el resto supervisase el plano.


Fueron unos minutos de muchísima concentración y trabajo. Y participaron todos los miembros de los equipos, cosa que también me sorprendió. Pensaba que quizá sucedería que dos o tres niños del equipo acaparasen todo el trabajo y los demás acabasen desconectando.


Como véis, los planos quedaron bastante completos y sobre todo fueron legibles para los demás equipos. Y una vez más me demostraron que lo que para nosotros a veces está mal, para los niños es de una lógica aplastante. Un equipo decidió esconder su tesoro sobre mi silla. El mapa no tenía bien colocados algunos elementos (entre ellos el lugar del escondite) y tampoco era especialmente completo. En el borde dibujaron una mesa y una silla grande y me dijeron que eran mi mesa y mi silla. Algunos miembros del equipo añadieron algo así como "Sí, pero está mal porque no están al lado de la alfombra". Yo les pregunté entonces si creían que otros equipos sabrían encontrar el tesoro con ese dibujo. El resto del equipo tenía claro que con la referencia del tamaño no tendrían ninguna duda. Y así fué. El equipo que tuvo que buscar ese tesoro cuando pusimos el mapa en la alfombra para que lo vieran bien, no dudaron que debían ir a mi silla, el resto del plano parecía que les sobraba. Y claro, cuando les pregunté que por qué creían que era ahí me dijeron que porque eran una mesa y una silla grandes.


Una vez que tuvimos todos los planos, salieron fuera del aula todos los niños. Por equipos entraron a esconder su tesoro y cuando estuvieron todos los tesoros en su lugar, pasaron todos y se sentaron en la alfombra. Igual que en las dos sesiones anteriores, por grupos fuí entregándoles el mapa y antes de salir corriendo a buscar el tesoro les dejé unos minutos para observarlo tranquilamente e hicimos una pequeña puesta en común para que los niños del equipo que iba a buscar pensase dónde podía estar el tesoro.

Todos los equipos encontraron con rapidez su tesoro excepto uno, por tener el mapa más confuso, ya que el lugar en el que habían escondido el tesoro lo habían dibujado como si lo viesen de frente y esto confundió mucho al equipo que debía buscarlo. Jugando a "frío-caliente" al final dieron con su paquete de pegatinas.


El juego les ha encantado y como nos hemos quedado con ganas de más trabajo en equipo del de verdad, intentaré repetir esta última fase antes de que acabe el curso.
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